¿En qué momento decides que lo que lo demás han fijado para ti es lo correcto, y que todo eso resulta mucho más legitimo que tus propios sueños? Quizás en la niñez cuándo veías a tus papás sufrir por cosas de adultos y te repetías mil veces, que tu curarías las lagrimas de mamá para que no llorará y renegabas de ser solo un niño y no poder ayudarla.
A lo mejor fue en la adolescencia cuando no podías luchar contra la soledad y simplemente tomaste el cigarrillo para hacerte compañía. A lo mejor fue cuando te dieron el primer diez y quisiste que la felicitación se prolongará mucho tiempo. Y entonces terminaste una carrera... dos... la maestría.
Luego te dijeron que la vida te daría una pareja, que tendrías que comportarte de cierta forma, que la familia no traiciona nunca y más ideas que la vida se ha encargado de desechar. Y es que a veces a quién escoges para que esté a tu lado no solo te traiciona sino que acostumbra dejarte en segundo plano siempre, que aunque la familia siempre estará a tu lado y nadie te cuidará como ellos también es necesario encontrar tu propio espacio.
Una nueva navidad ha llegado y me ha encontrado, aunque parece increíble de decir, mucho más fuerte y mucho más maduro; ¿qué ha pasado que tengo esa sensación? Muchas cosas se han develado para hacerme sentir diferente, integrado con muchas cosas que me rodean y que siempre estuvieron ahí para que las viera.
Mi primera declaración de este año fue "tengo 30 y simplemente ya no soporto tanto el frío", a pesar de eso recorrí centros nocturnos, esperé el amanecer en una banca junto a una vagabunda que me enseño a proteger mis pies de lo peor de la madrugada. Recibí besos que no sabían a nada solo por el orgullo de saber que los años no habían terminado conmigo. Quise perderme en la ilusión de una tarde maravillosa en la poesía y en la literatura. Y solo conseguí obsequiarle a alguien el placer de que alguien a quién rechazo "le rogará". Y sí cumplí treinta y tuve que soportar mucho frío.
Ahora solo me queda pensar como quiero verme a los 40 y empezar a trabajar en eso de una manera sencilla pero firme, y es que ahora tengo dos amigos que pretendo cultivar: la soledad y la responsabilidad.
Mi primera declaración de este año fue "tengo 30 y simplemente ya no soporto tanto el frío", a pesar de eso recorrí centros nocturnos, esperé el amanecer en una banca junto a una vagabunda que me enseño a proteger mis pies de lo peor de la madrugada. Recibí besos que no sabían a nada solo por el orgullo de saber que los años no habían terminado conmigo. Quise perderme en la ilusión de una tarde maravillosa en la poesía y en la literatura. Y solo conseguí obsequiarle a alguien el placer de que alguien a quién rechazo "le rogará". Y sí cumplí treinta y tuve que soportar mucho frío.
Ahora solo me queda pensar como quiero verme a los 40 y empezar a trabajar en eso de una manera sencilla pero firme, y es que ahora tengo dos amigos que pretendo cultivar: la soledad y la responsabilidad.
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