Lo
que vemos en este momento a lo largo de todo el país, es la movilización de
algunos sectores inconformes con el incremento a la gasolina. Las protestas, encabezadas
por sectores del transporte público, como tráileres y asociaciones de taxistas
protagonizan bloqueos carreteros a lo largo y ancho del Estado de México.
Taxistas frenan el paso del Mexibus en Chiconautla, Ecatepec. |
Resulta
contrastante, que grupos que han sido beneficiados por políticas corruptas, que
les permiten circular, violando todos los protocolos de seguridad, hoy aspiren
a violar una vez más la ley, llamando ( u obedeciendo, aún no queda claro) a la
desobediencia civil.
Los
estudiosos de la ciencia política advierten sobre el peligro que encarnan las
manifestaciones espontáneas; no es lo mismo que se movilice la sociedad civil,
es decir aquellos organismos que conforman distintas organizaciones como
sindicatos, clubs, asociaciones, academias, etc.; a ver movilizada a una masa
informe de personas que se asocian sin un compromiso o misión específica. Ya
que de darse, dichas reuniones terminan en linchamientos, saqueos u otras
manifestaciones de violencia, que pueden ser espontaneas o provocadas, pero que
de manera general tienden a tener como protagonistas a supuestos miembros de sectores
marginales.
Desde
la perspectiva que se vea, el sector más afectado por el incremento a la
gasolina serán las clases privilegiadas, aunque en este país la noción de
privilegio ciertamente es una falacia, serán los dueños de automóviles los más
afectados con un impuesto, que además traerá en cadena, una elevación al costo
de otros bienes que ya resultan inalcanzables para muchos mexicanos. Pero que
sumados harán menos rentable la posesión de un automóvil.
La
opinión pública se ha volcado contra los bloqueos, que han tenido como
epicentro la zona conurbada de la ciudad de México (aquella que alimenta de
trabajadores a la Ciudad de México y que está conformada por los municipios
mexiqueses de Ecatepec, Naucalpan, Cuautitlan, Romero Rubio) ya que es ahí
donde se han presentado las manifestaciones más brutales. Aunque el descontento
se extiende por todo el país, lo que más destaca es la ineficacia de la policía
estatal para garantizar el flujo de los automóviles o la seguridad de los
comerciantes, resulta increíble por no decir insultante, que un grupo
minoritario de taxistas, automovilistas y tráileres puedan bloquear de manera
impune las vías de comunicación sin que medie un operativo alguno. ¿Será que el gobierno de Eruviel Ávila,
también está inconforme con el alza la gasolina? Que llega incluso a permitir
saqueos y disturbios en la tierra de Enrique Peña Nieto, Presidente de México.
Quizás
lo que observamos sea un rompimiento mucho más profundo, por lo visto las
movilizaciones han tomado por sorpresa a los caciques priístas, que no han
podido reaccionar y controlar a su cada vez más empobrecida masa social, las
medidas que ha usado el PRI mexiquense ya no son efectivas, menos en los
jóvenes que al parecer han decidido utilizar como pretexto, el alza los
combustibles, para llevar a cabo acciones de revancha social que no dejarán
nada a nadie, salvo un campo seco y preparado para que surjan mayores conflictos.
Lo
que muchos esperamos es que antes del regreso a clases, el orden se ha
reestablecido. O al menos el gobierno tenga una respuesta más eficiente, para
manejar las protestas, y garantizar la circulación de la mayoría de la
población.
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