¿Qué sería del amor
sin los testigos que dan cuenta de su existencia?
Buenos noches a todos espero que
se la estén pasando muy bien, yo en lo personal estoy muy contento, porque mis amigos me han escogido para dedicarles unas palabras, en este día tan importante y quisiera
pedirles que levantarán su copa, con la bebida que más les guste, para que
al final de estas breves palabras
podamos acompañar a los novios en algo que son dos rituales de bodas, el brindis y romper las
copas.
Quisiera empezar esta noche
contándoles una historia que a mí en lo personal me gusta mucho, es un cuento
muy antiguo, que contaban los sabios del desierto a todos los viajeros en sus
caravanas que se preparaban para iniciar un largo viaje.
Había una vez, un hombre que
estaba paseando en un bosque muy tranquilo, hasta que observo a un hermoso
ciervo que se abalanzaba sobre los restos de un animal muerto, que había sido
devorado por otros depredadores y que muy probablemente volverían a encontrarse
con lo que habían dejado, intrigado el hombre siguió al pobre ciervo el cuál
corría desesperado llevando un gran trozo de carne, cuando el ciervo al fin se
detuvo imaginen la cara sorprendida del hombre, que lo contemplo dejando el
trozo de carne a los pies de un león que estaba muy mal herido, y es que al
verlo el hombre entendió que el ciervo lo estaba alimentando, lo cual era
sorprendente pues los leones se alimentan de siervos para comer, y este le
estaba salvando la vida, aún con el peligro de que el león despertará y lo
pudiera matar. El hombre regreso a ese
lugar varios días y siempre vio la misma escena, el ciervo acercándole comida,
agua… hasta que un día el hombre regreso a ese lugar y no los vio nunca
más. Este hombre se sentía muy solo, así
que decidió salir al mundo a encontrar a su siervo, se sentó en medio de la
calle, fingiendo que estaba muy mal herido, espero muchas horas hasta cansarse,
y nadie llego a ayudarlo. Lo mismo paso
varias veces, hasta que el hombre se cansó y decidió levantarse, porque para
colmo de males había empezado a llover, y entonces vio a un anciano que se caía
en medio de un gran charco porque ni siquiera tenía zapatos para sostenerse, en ese momento el hombre
corrió a levantar al anciano y se dio cuenta de que había cometido un error, y
había escogido ser el protagonista equivocado, para realmente acabar con su
soledad y recibir amor, no necesitaba ser un león, sino ser un siervo.
El amor es un descubrimiento, un
milagro que no se la da a todo el mundo. En el que el dar y recibir son una
misma cosa, personalmente me resulta difícil entender una vida juntos sin una
historia como la que les acabo de contar y es que, cuando uno se detiene a
mirar a las personas que como nuestros queridos novios unen sus vidas, es irresistible
reconocer el milagro de las casualidades. Encontrar una sonrisa que nos llena el
alma, un abrazo del que no deseamos escapar y que nos transporta a una alegría
que deseamos prolongar por siempre, no son cosas fáciles de hallar y menos si consideramos
que somos miles y miles que a veces nos miramos sin siquiera notarnos. Levantemos
nuestras copas queridos amigos, por los novios. Deseándoles una dicha que se prolongue por siempre.
Y qué cuando se rompan estas copas nos alcance a nosotros también.
¡Vivan por siempre los novios!
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