Decir #mal llamada reforma educativa" es un error; en primer lugar no se trata de algo nuevo, ni es un proyecto a largo plazo. Es una política que ha venido aplicándose desde hace años, y que puede sintetizarse en "exigir más al docente, aunque el estado brille por su ausencia". Aunque ciertamente parece más un producto del azar que del aprendizaje y la reflexión sobre el acierto y el error.
Igualmente equivocado es el utilizar términos como "perversa", "necesaria", "imprescindible", "la más importante" o cualquier otro adjetivo, como ha quedado claro en muchas de las entradas de este Blog, pues hacerlo solo banaliza una clara reforma laboral, cuyos alcances no generan un paradigma educativo, ni tampoco inspiran el cambio en el espíritu magisterial, sino que encadenan sus aspiraciones a las posibilidades de la asignación presupuestal. Muchos maestros destacados, y con resultados suficientes, no acceden a un incremento salario o de horas, por falta de recursos.
Lo que Enrique Peña Nieto y su equipo de gobierno no han hecho es modificar la estructura de las escuelas, para transformar las condiciones de trabajo y hacer factible la calidad que es el corazón de su política educativa.
Han cambiado los mecanismos de ingreso, permanencia y ascenso de los maestros en servicio, pero sin que todo eso llegué a la parte medular que es la interacción maestro-alumno y el proceso de aprendizaje. En el camino generaron una serie de condiciones lamentables que siguen sin acabar con la corrupción, como supuestamente pretendían, las nuevas condiciones de contratación se convierten en obstáculos para que el personal de una escuela este integrado y figuras como los médicos escolares, o el departamento de psicología simplemente dejaron de existir.
Una mayor recentralización de las funciones educativas ha sido el sello de Peña Nieto y sus tres secretarios de educación (Chuayffeet, Nuño y Granados) las cuales siguen sin mirar a la diversidad nacional y los únicos aspectos donde esto parece variar es en los mecanismos de control de la protesta, que se han mandado a dirimirse en sus propios territorios.
El futuro de la Reforma Educativa está en el aire, ¿continuará después de Peña Nieto? La postura de algunos candidatos a la presidencia de México ha variado de acuerdo con la cercanía de la campaña electoral y el cierre de la votación, será un ejercicio interesante ver como termina, al materializarse la preferencia de los votantes y saber quien es el ganador, ¿podrán cumplir sus promesas?
José Antonio Meade Kuribreña, candidato del partido en el poder, el Revolucionario Institucional (PRI) representa la continuidad "absoluta" de lo realizado en la actual administración.
Al igual que en las demás reformas estructurales, Meade se ha colocado como el defensor de Enrique Peña Nieto y sus acciones de gobierno, para este candidato la reforma educativa debe profundizarse y sus promesas de campaña son:
1) Pasar de 25 mil a 100 mil escuelas de tiempo completo, con comedor en donde se aprenda inglés, arte, cultura y hagan deporte.
2) Reconocer el esfuerzo de las y los buenos maestros con un aumento real y significativo en su salario base.
3) Dar un impulso sin precedente al arte y a la cultura, nuestra mejor carta de presentación, para que sean parte de nuestra vida cotidiana y social.
La postura de Andrés Manuel López Obrador sobre la mal llamada
Reforma Educativa, ha tendido a volverse menos ambigua y más radical. Lo que detenía a algunos profesores a decantarse por el candidato de MORENA, había sido su falta de claridad en torno a cómo aplicaría la cancelación anunciada desde el inicio de sus pretensiones presidenciales, de la reforma. En entrevistas recientes y al cuestionarle ese punto, ha dicho que se trataría de un cambio constitucional y una modificación a la ley General del Servicio Profesional Docente que buscaría terminar con el carácter punitivo que hasta ahora ha caracterizado a la reforma.
La distancia que marcó la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación respecto al candidato de MORENA, ha sido utilizada por este para acercarse también a lo más oscuro del sindicalismo magisterial, que se vio descabezado con aprensión de la maestra Elba Esther Gordillo. Estas condiciones hacen que Andrés Manuel López obrador sea el candidato que da una mayor certeza a la eliminación de la reforma educativa.
Quién también busaca eliminar la reforma sorpresivamente, es uno de los políticos que logró imponerla en 2013, el candidato de la coalición por México al Frente, Ricardo Anaya.
"Por México al Frente" (antes llamado Frente Ciudadano por México, Frente Amplio Democrático y Frente Amplio Opositor) es una coalición formada por el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el Movimiento Ciudadano (MC), el cambio de nombre refleja la complejidad de sus aliados, que al menos ideológicamente siempre se habían presentado como enemigos y ahora parecen unirse teniendo como principal motivación el oportunismo. Ricardo Anaya clonando del discurso "antipunitivo" de López Obrador y reconocer la urgencia de la actualización, antes que la evaluación docente, en una especie de cambio de viraje, Anaya reconoce que no se puede evaluar al magisterio sin garantizar su capacitación. Siendo fiel a su desarrollo profesional lleno de traiciones, y acusaciones de enriquecimiento ilícito, Ricardo Anaya nos regala una nueva joya, con su programa educativo:
- Adecuar los estímulos docentes para garantizar el acceso a su formación y actualización.
- La utilización de herramientas estadísticas para monitorear el aprendizaje de los alumnos y el impacto de la inversión en materia de educación.
- Reformar los programas de estudio de las Escuelas Normales con el propósito de formar a los futuros maestros en las Competencias necesarias para el Aprendizaje.
- Reformar los planes de estudio para priorizar la ciencia, la ingeniería y las matemáticas.
¿De verdad le apuesta al olvido?
Desde 2016 Margarita Zavala se habría pronunciado en distintas columnas y declaraciones a favor de la Reforma de Peña Nieto; de los exámenes de oposición, así como en contra de los mecanismos de lucha que hasta ese momento habían caracterizado a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
Margarita no tuvo empacho en mostrarse critica sin embargo con la forma con la que dicha reforma venía implementándose ya que dijo, no era la mejor.
En las últimas declaraciones de su equipo de trabajo, queda claro que al menos en este tema Margarita Zavala representa una continuidad, que aspira a consolidar la reforma educativa pero profundizando la desigualdad, ya que aspira a poder implementar el bono educativo (cheque de la educación), un sistema a través del cual se le entregarían fondos públicos individuales a cada estudiante, para que lo lleve a la escuela de su preferencia, ya sea pública o privada y de esa manera dicha institución tenga fondos.
Ese sistema polémico porque se ha aplicado en otros países y no ha sido sinónimo de una mayor calidad, atenta contra el espíritu de la educación publica mexicana, ya que condenaría a miles de escuelas a la inanición y mayores carencias.
Cómo puede observarse no existe en ninguno de los candidatos una propuesta a largo plazo para modificar el panorama educativo nacional, y los maestros mexicanos parecen ser una vez más el botín político de los partidos.
Los profesores mexicanos deberíamos aprender de nuestros errores, en 2012 nada nos previno para la reforma que se orquesto a nuestras espaldas, y que vino de un supuesto aliado, el PRI, y hoy es momento de cobrarnos esa afrenta, pero sobre todo es momento de empezar a construir una plataforma educativa propia, que mire la realidad escolar, hoy los partidos hablan de nuestro futuro laboral, pero nosotros debemos empezar a construirlo.