domingo, 13 de octubre de 2019

EL ODIO AL NORMALISMO





Ayotzinapa es una tragedia, que nos ha dado muchas lecciones, esos jóvenes que querían ser maestros y no lo lograron porque la violencia del Narco/estado en el que nos hemos convertido, los destrozo. A la luz de su experiencia podemos mirar muchas de nuestras facetas y es una gran oportunidad para no cometer los mismos errores.


No existe una cara más triste y vulnerable del normalismo mexicano (aunque tampoco otra más digna), que el que se extiende a lo largo de la republica en las normales rurales, la lista de problemas los conocemos todos: falta de maestros capacitados, falta de recursos para el comedor y la formación tecnológica, el olvido y sabotaje de los gobiernos estatales, que se niegan a poner una solución a sus problemas y al parecer esperan verlas morir de inanición, es ahí donde empieza su grandeza y también su peor desgracia.

La propuesta del presidente de la República de otorgar la “plaza automática” debería bastar desde la óptica positiva de los amigos de la escuela pública, tanto como para la de sus enemigos, sin embargo como se puede comprobar al leer las leyes secundarias, dicha concesión no existe, y tampoco la solución a los problemas que mantienen en la postración al sistema educativo nacional.

El ultimo momento de este conflicto ha sido el robo de los Normalistas de Tenería de más de 100 autobuses y el secuestro de 92 personas, dichas acciones cometidas en el Estado de México, una tierra que al parecer goza desde hace mucho tiempo de la ausencia de un gobernador. Ante estos eventos el gobierno decidió otorgar el cumplimiento de las demandas de los manifestantes que al parecer ya se habían comprometido desde 2017. Aunque algunos ven la cesión del gobierno federal ante el crimen organizado otros solo vemos un capítulo más de un problema ya conocido: la falta de responsabilidad estatal ante sus maestros y las estrategias de lucha de una juventud desesperada.

Secuestrar camiones, ser carne de cañón en múltiples formas, salir a buscar recursos, son formas de organización que la FECSUM impone a sus miembros más jóvenes, práctica que no cambiará y seguirá radicalizándose hasta que no se resuelva el problema de fondo de las Normales Rurales, pero seamos realistas, tenemos que ver más allá de la “plaza automática” para encontrar una solución. 

Existen voces que propagan su alegría por la muerte de los 43, el sufrimiento y las lagrimas de sus padres, y tal vez el candor con que otras víctimas abrazaron su causa moderaron sus expresiones hoy otra vez nos regresan a la muerte de Ramón Rivas, y el encendido debate sobre las estrategias de lucha, de una organización estudiantil que si bien triunfa en violencia, ha sido poco efectiva para resolver los problemas a futuro.   Por el futuro del Normalismo la discusión debe seguir y arribar a una solución de largo alcance, secuestrar autobuses en el contexto actual, es un acto suicida por sí mismo, pues no solo se corre el peligro de morir, sino de minar el apoyo social a un movimiento mucho más grande que la FECSUM. 



Adendum: Prometer no empobrece… el gobierno federal lo sabe muy bien. 


El regreso del exsecretario

En el último sexenio ha cobrado especial importancia la figura de algunos diputados y senadores que abanderan ideas liberales y dicen de man...