miércoles, 15 de septiembre de 2010

¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN ECATEPEC? UN RETRATO DEL BICENTENARIO


José María Morelos y Pavón es uno de los héroes más importantes de la independencia de México,
fue fusilado en Ecatepec el 22 de diciembre de 1815.



En la que fuera una casa de descanso de los virreyes españoles que se albergaban ahí para descansar antes de entrar a la Ciudad de México, Morelos tuvo su ultima morada, en el Porfiriato, para festejar el primer centenario de la independencia se coloco esta estatua, de  aquel que no pidió otro honor que ser llamado Siervo de la Nación. 

Desde entonces es un lugar que atrae a varios políticos para honrar su memoria. 


Hoy comienzan los festejos de algo polémico por sí mismo, el Bicentenario de la Independencia de México, es curiosa la reacción que este hecho puede provocar,  desde preguntas sobre  la pertinencia de festejar con todo el derroche que se ha anunciado hasta la  importancia de explicar los orígenes de nuestra dependencia económica. 

En lo que hoy quisiera centrarme es en la región en la que crecí, y la que ahora miro de cerca pero con la lejanía que me dan los años y la geografía.

El Cerro de Chiconautla, hoy Ciudad Cuauhtémoc


La Historia de Ciudad Cuauhtémoc está ligada a dos de los 7 pueblos fundadores del Municipio de Ecatepec de Morelos (hoy en día el más poblado de América Latina); Santo Tomás y Santa María Chiconautla. Ambos nombrados así por los frailes franciscanos y Agustinos que llegaron a estas poblaciones en 1537, y construyeron sus iglesias mudo testimonio del proceso de evangelización emprendido por la Iglesia Católica. 

Ecatepec es considerado una entrada natural al Distrito Federal, capital de nuestro país,  y quizás el hecho más conocido en su historia es que allí fusilaron a José María Morelos y Pavón.  Uno de los cerros del municipio conforma la zona de  Chiconautla (lugar de nueve mercados), ahí es donde está en la actualidad Ciudad Cuauhtémoc, una población considerada de alta marginalidad y violencia extrema. 

Mi pregunta en este bicentenario es sencilla y directa ¿qué está pasando en Ecatepec?

Regresé de la casa de mis padres con un escenario desolador, la colonia en la que crecí, Ciudad Cuauhtémoc, se está desangrando por todas las actividades ligadas a la distribución de estupefacientes (llámese tráfico y narcomenudeo).

 
Escenas así han llenado de dolor a muchas familias

Cuando vi esta foto, no pude evitar hacer una visita a mis padres, el 29 de Julio, dejaron un descabezado frente a nuestra casa y casi un mes después   a dos sujetos acribillados. La muerte nos ha alcanzado, hoy son ya incontables los muertos en el municipio, sin embargo una constante se abre camino la Resistencia (cártel hasta ahora no mencionado cuyos orígenes al parecer se encuentran en Jalisco) y la Familia Michoacana  se están peleando entre si y los efectos colaterales, están presentes, cómo hemos llegado a eso, bueno desgraciadamente la situación parece ser nacional.


Los números son alarmantes,  28 000 muertos ha arrojado la guerra contra el narcotráfico, pero lo que más llama la atención es que según declaraciones del propio presidente Felipe Calderón el 90% de estos muertos han sido personas de los propios cárteles que se han exterminado entre sí. Lo cual significa que cerca de 26 000, ciudadanos se encontraban empleados por el narco, volviendo realidad la frase; “ser narco o irse a estados Unidos son las únicas opciones del campesino”.


Familias enteras se han entregado a acciones delictivas con la única esperanza de sobrevivir, ya sea para mantener cultivos clandestinos, para distribuir, para servir en caravanas de la muerte, un sinfín de actividades que han sumido a México en la violencia.

Las equivocadas acciones del gobierno federal sólo han ayudado a empeorar las cosas incluso existen quienes señalan que Calderón a beneficiado al Cartel de Sinaloa, permitiéndole la impunidad y dotando a sus aliados; La Familia entre otros, de impunidad tal que en poblaciones enteras administran la justicia y en la persecución de sus enemigos los llamados “Zetas”, sólo ha provocado un exterminio mayor, al empujar a estos últimos a acciones como el secuestro, violación y extorsión de centroamericanos. Además de la implementación de mecanismos de control financiero que permiten a las élites del narco obtener grandes ganancias sobre la explotación de los desempleados y de los adictos.


Hoy en día los narcos han refinado sus técnicas mediante el salario y la regulación de la distribución, es decir los narcomenudistas sólo tienen acceso a cierta cantidad de  droga, la cual es fiada o comprada, en los casos de los secuestradores estos solo reciben un salario, nunca ven el dinero del rescate.     Es por este tipo de prácticas que muchos se han lanzado a generar negocios propios, trayendo consigo venganzas y exterminio. 


La narcocultura nos ha alcanzado, silenciosa taciturna avanza hasta nosotros...   El  PRI, es peor que el PAN, con el han llegado las muertes a mi estado, mientras le hacen creer al país que nuestro gobernador es un modelo de eficiencia,  pero ese es otro cuento que desgraciadamente se prolongará mucho más allá de los festejos del Bicentenario.

jueves, 9 de septiembre de 2010

LA INVESTIGACIÓN QUE CAMBIO TODO, EL BULLYING COMO NUEVA PREOCUPACIÓN


Axel Didriksson, primer  Secretario de Educación del Distrito Federal 


Es la mañana del 22 de Abril de 2009,  Axel Didriksson Secretario de Educación del Distrito Federal anuncia los resultados del Estudio exploratorio sobre maltrato entre compañeros  y compañeras en escuelas primarias y secundarias del Distrito Federal, que dicha dependencia realizó en colaboración con la Universidad intercontinental, así como un plan de Acción que según sus palabras se englobaría en el Programa  Un, dos,  tres por mí y por mi escuela, y se llamaría Escuelas sin violencia, las cifras  y el nombre del estudio se repetirían muchísimo en los periódicos por la situación tan alarmante que describían para empezar, retomaban una  palabra,  que sonaba entonces muy poco,  bullying  y aseguraban que 9 de cada 10 alumnos de primaria y secundaria en el Distrito Federal lo padecían[1].   Esta investigación será repetida una y otra vez en la prensa, generando  preocupación,  y una nueva connotación de violencia escolar. 

En 2005 la Administración Federal de Servicios Educativos en el Distrito Federal (AFSEDF) dio a conocer el estudio Estrategias para prevenir y atender el Maltrato, la violencia y las adicciones en las escuelas públicas de la ciudad de México, escrito por Sylvia Beatríz Ortega Salazar (primera Administradora Federal), Marco A. Ramirez Moncarro y Adrian Castelán Cedillo, en el que daban cuenta de 4 estrategias seguidas por la AFSEDF, para prevenir las tres categorías plateadas como componentes fundamentales de la violencia escolar.   En primer lugar durante el ciclo escolar 2004-2005, se crearon los Lineamientos para la Organización y el Funcionamiento de los Servicios Educativos en el Distrito Federal,  que en sus artículos 14, 15 y 16, marcaban  una prohibición expresa al maltrato, castigo corporal o psicológico, abuso sexual, negación del derecho a la educación[2], así como un procedimiento a seguir en caso de encontrar estas conductas en los responsables del proceso educativo o administrativo de las escuelas –docentes, personal de apoyo a la educación-   pudiendo incluso recurrir a la Unidad de Atención al Maltrato y Abuso Sexual Infantil[3]. Se implemento también un programa para Prevenir el delito y las adicciones;  otra estrategia fue la Formación de Valores  lo que implicó la puesta en marcha de una nueva  asignatura llamada “Por una cultura de la legalidad” en la que se buscaba reforzar la formación ciudadana y el apego a la democracia así como la puesta en Marcha del programa “Contra la Violencia Eduquemos para la Paz”  así como el programa “Escuela Segura, Sendero Seguro” -descritos en el apartado anterior- sin embargo lo que más destaca de estudio es que en su marco teórico, da cuenta de una serie de hallazgos que tienen como eje principal el explicar la relación causal entre ciertos factores y los tres tipos de violencia escolar presentados.

En el caso de la violencia en la escuela  cita a Roland y Galloway, quienes han expuesto que la violencia en un grupo escolar se presenta con mayor incidencia cuando los maestros aplican sanciones o formas disciplinarias rígidas[4], encontrando que dos terceras partes de los alumnos se consideran protegidos dentro de la escuela, aunque la tercera parte de los varones y la quinta parte de las mujeres considere que sus compañeros son peligrosos, menos de la mitad de los adolescentes se siente tratada con calidez por sus profesores y solo un poco más de la cuarta parte en el caso de los varones y una quinta parte de las alumnas recurriría a un maestro para resolver algún problema.  El abuso sexual  y el maltrato por parte de algún docente o trabajador de la educación reportó 564 denuncias de las cuales 17% resultaron falsas.  En el caso de la adicción a estupefacientes se observa que los factores preponderantes en esta  son el género –los hombres consumen más aunque se observa un incremento en las mujeres y preferencias  particulares entre hombres y mujeres sobre el consumo de alguna sustancia-, los problemas de identidad, la baja tolerancia a la frustración,  la desintegración familiar, el abandono del hogar, la adicción a las drogas de algún miembro de la casa, el maltrato, y un ambiente de violencia en el núcleo doméstico, 15.2 de los estudiantes de secundaria reporto haber consumido al menos una vez sustancias adictivas, los estudiantes que habitan con sus dos padres tienen una mayor protección, frente a aquellos que residen solamente con uno o más progenitores, la actividad laboral de los estudiantes favorece el consumo de drogas, aunque  los principales factores de riesgo son el ausentismo y deserción escolar.


En el Estudio Disciplina Violencia y Consumo de Sustancias Nocivas a la Salud en las escuelas Primarias y Secundarias de México   del Instituto Nacional de Evaluación Educativa, publicado en 2007,  la violencia escolar se concibe como un conjunto de comportamientos o conductas antisociales  (como las disrupciones en el aula, problemas entre profesores y alumnos, vandalismo, violencia física y extorsiones, robos, bullying, acoso sexual) y aparece el bullying como un proceso de intimidación y victimización entre iguales y aunque no incluye violencia física el maltrato intimidatorio puede tener lugar a lo largo de meses e incluso años siendo las consecuencias devastadoras tanto para la víctima como para la convivencia grupal[5].  En el capítulo tres La participación de los alumnos en actos de violencia se pude observar que la conducta violenta más prácticada corresponde a peleas con golpes (19.9%), donde aproximadamente uno de cada diez estudiantes señala haberlo hecho durante el ciclo escolar; le siguen el daño a instalaciones o equipo de la escuela (9.0) , el bullying y el robo al interior de la escuela  (10.0). 


Cómo demuestran los estudios anteriores la violencia escolar se asociaba de manera restringida  a fenómenos como la drogadicción y las conductas antisociales, que incluían al bullying,  sin embargo la aparición del Estudio exploratorio sobre maltrato entre compañeros  y compañeras en escuelas primarias y secundarias del Distrito Federal, marcaría un nuevo enfoque  teórico pues se centraba exclusivamente en el Bullying pero definiéndolo de manera amplia como todo tipo de maltrato intimidación, amedrentamiento que ejerce un alumno (a) (o un grupo) contra otro alumno (a).  Este tipo de maltrato incluye acciones variadas, que generalmente son consideradas como “naturales” o “normales”[6].   Se incluyó  como parte del bullying  los robos y peleas, así como otras formas de agresión, concentrando   la reflexión sobre el interior de la escuela y las relaciones que los sujetos entablan entre sí, sacando del centro del debate temas que dentro de la investigación educativa que se había venido realizando en el Distrito Federal  tenían un papel preponderante como es el caso de las drogas o  el abuso sexual.   


El bullying pasó a convertirse en el tema prioritario de la educación básica en la  política educativa del Distrito Federal, y con el paso del tiempo  lo sería en otros espacios  como los medios de comunicación, el Congreso de la Unión o  los congresos estatales, después de este estudio quedo claro que el bullying era un mal a vencer, ya que era alarmante su proporción, aunque  en muchos casos el término no se comprendiera del todo.




[1] Comunicación Social del GDF, Axel Didriksson: Las escuelas del DF deben ser centros con convivencia, interculturalidad y no discriminación, Transcripción del Miércoles, 22 de abril de 2009. Consultado el 6 de abril de 2012 desde 187.141.18.200:9003/libphp/makepdf.html?id=1033214
[2] Los lineamientos en su artículo 14 prohibían la suspensión de los alumnos o su expulsión del plantel
[3] Pertenece a la AFSEDF y cumple entre otras funciones la de investigar el caso y turnarlo a las autoridades competentes para su desahogo, igualmente ofrece asesoría a las víctimas, sus padres o tutores y realizan trabajo de orientación y acompañamiento a las escuelas directivos y maestros.  Sobresale también que si se percibe a un alumno con señales de maltrato externo a la escuela, también deberá atenderse.
[4] Ibid, 150.
[5] INEE, Disciplina Violencia y Consumo de Sustancias Nocivas a la Salud en las escuelas Primarias y Secundarias de México, (México:2007)  205 p. 
[6] SE-UIC. Estudio exploratorio sobre maltrato entre compañeros  y compañeras en escuelas primarias y secundarias del Distrito Federal (Mëxico: SE/UIC, 2009) p. 1 


domingo, 1 de agosto de 2010

LA ESCUELA OBLIGATORIA NO DEBE ELIMINAR.

Hace muchos años se publicó un libro conocido como la Escuela de Barbiana, Carta a una profesora. Es un libro apasionante, pero lo que más me impacto fue su introducción aquí transcribo un fragmento esperando todos lean ese maravilloso libro. 


<< Querida Señora:




Usted no se acordará de mi, ni de mi nombre. ¡Eliminó a tantos!
Yo en cambio, me acuerdo frecuentemente de usted,
de sus colegas,  de esa institución que ustedes llaman escuela
y de los muchachos que ustedes “rechazan”.

 ... Por cierto fui y soy todavía  tímido. 
Como cuando era chico, no levantaba la mirada del suelo,
me acercaba a las paredes para que no me vieran...

 La timidez de los pobres es un misterio más antiguo...

Yo no se explicárselo porque estoy adentro. 
Tal vez no sea cobardía ni  heroísmo.  Es sólo falta de prepotencia >>.



Alumnos  de Barbiana.


Alumnos de Barbiana.  Carta a una Profesora. Ediciones Quinto Sol. México, 2000,  p. 9.



martes, 20 de julio de 2010

CUANDO EL BULLYING ES LO QUE IMPORTA, PROGRAMA POR UNA CULTURA DE NOVIOLENCIA Y BUEN TRATO EN LA COMUNIDAD EDUCATIVA






El estudio de la violencia escolar en el Distrito Federal, ha pasado por varias construcciones   y  se puede dividir en dos etapas, la primera en la que el origen de la violencia viene de fuera –que se ha analizado en el capítulo anterior- y otra que mira a lo violento como una pandemia  al interior de la escuela y centra su intervención en las relaciones que los alumnos establecen entre sí, para intentar abatir una cuestión que hasta ese momento sólo había aparecido de manera marginal en los programas de intervención: el bullying. 

Este segundo momento se caracterizó por el protagonismo del gobierno capitalino y su Secretaria de Educación (SE), actores qué encabezarían la lucha contra esta nueva amenaza. Que el gobierno del Distrito Federal y su naciente secretaria de Educación hallan centrado sus acciones de intervención en el bullying (término inglés, que traduce el concepto de mobbing acuñado por Dan Olweus, y que fue adoptado por la SE, para nombrar lo que más tarde entenderían por maltrato entre iguales), resultó sorpresivo, pero muy exitoso, ya que hasta ese momento la investigación tenía otras preocupaciones y si bien el bullying se mencionaba en algunas investigaciones, este no ocupaba el lugar protagónico que le daría el gobierno local y que compartiría más tarde la opinión pública nacional, para comprender como ocurrió esto es necesario plantearse el camino conceptual que atravesó la construcción de la violencia escolar en el Distrito Federal, en las distintas investigaciones que intentaron explicar la misma.

En 2005 la Administración Federal de Servicios Educativos en el Distrito Federal (AFSEDF) dio a conocer el estudio Estrategias para prevenir y atender el Maltrato, la violencia y las adicciones en las escuelas públicas de la ciudad de México[1]escrito por Sylvia Beatríz Ortega Salazar (primera Administradora Federal), Marco A. Ramirez Moncarro y Adrian Castelán Cedillo.  En él daban cuenta de 4 estrategias seguidas por la AFSEDF, y su sentido quizás fue mucho más  propagandístico que científico, ya que promocionaba programas y acciones emprendido por Ortega durante su gestión como administradora federal.   Sin embargo llama la atención que el maltrato, el abuso y las adicciones, sean las categorías que engloben los fenómenos de violencia al interior de la escuela, pues eran fenómenos presentes desde hace muchos y no se había legislado al respecto.  Entre las acciones que promociona este artículo se encuentran  la creación de  los Lineamientos para la Organización y el Funcionamiento de los Servicios Educativos en el Distrito Federal,  que en sus artículos 14, 15 y 16, marcaban  una prohibición expresa al maltrato, castigo corporal o psicológico, abuso sexual, negación del derecho a la educación[2], así como un procedimiento a seguir en caso de encontrar estas conductas en los responsables del proceso educativo o administrativo de las escuelas –docentes, personal de apoyo a la educación-   pudiendo incluso recurrir a la Unidad de Atención al Maltrato y Abuso Sexual Infantil[3].

Se implementó también un programa para Prevenir el delito y las adicciones;  otra estrategia fue la Formación de Valores  lo que implicó la puesta en marcha de una nueva  asignatura llamada “Por una cultura de la legalidad” en la que se buscaba reforzar la formación ciudadana y el apego a la democracia,  así como la puesta en Marcha del programa “Contra la Violencia Eduquemos para la Paz”  así como el programa “Escuela Segura, Sendero Seguro” -descritos en el capítulo anterior- En el caso de la violencia en la escuela los autores  citan  a Roland y Galloway, quienes  plantearon que la violencia en un grupo escolar se presenta con mayor incidencia cuando los maestros aplican sanciones o formas disciplinarias rígidas[4].   También destacan las conclusiones de este estudio al respecto de la percepción que tiene la comunidad escolar  sobre la violencia y la incidencia de otros temas relacionados con esta:  encontrando que dos terceras partes de los alumnos se consideran protegidos dentro de la escuela, aunque la tercera parte de los varones y la quinta parte de las mujeres considere que sus compañeros son peligrosos, menos de la mitad de los adolescentes se siente tratada con calidez por sus profesores y solo un poco más de la cuarta parte en el caso de los varones y una quinta parte de las alumnas recurriría a un maestro para resolver algún problema.  El abuso sexual  y el maltrato por parte de algún docente o trabajador de la educación reportó 564 denuncias de las cuales 17% resultaron falsas.

En el caso de la adicción a estupefacientes se observa que los factores asociados  en ésta  son el género –los hombres consumen más aunque se observa un incremento en las mujeres y preferencias  particulares entre hombres y mujeres sobre el consumo de alguna sustancia-, los problemas de identidad, la baja tolerancia a la frustración,  la desintegración familiar, el abandono del hogar, la adicción a las drogas de algún miembro de la casa, el maltrato, y un ambiente de violencia en el núcleo doméstico.  El  15.2% de los estudiantes de secundaria reportó haber consumido al menos una vez sustancias adictivas, los estudiantes que habitan con sus dos padres tienen una mayor protección, frente a aquellos que residen solamente con uno o más progenitores, la actividad laboral de los estudiantes favorece el consumo de drogas, aunque  los principales factores de riesgo son el ausentismo y deserción escolar.
En el estudio Disciplina Violencia y Consumo de Sustancias Nocivas a la Salud en las escuelas Primarias y Secundarias de México   del Instituto Nacional de Evaluación Educativa, publicado en 2007,  la violencia escolar se concibe como un conjunto de comportamientos o conductas antisociales  (como las disrupciones en el aula, problemas entre profesores y alumnos, vandalismo, violencia física y extorsiones, robos, bullying, acoso sexual) y aparece el bullying como un proceso de intimidación y victimización entre iguales y aunque no incluye violencia física el maltrato intimidatorio puede tener lugar a lo largo de meses e incluso años siendo las consecuencias devastadoras tanto para la víctima como para la convivencia grupal[5].  En el capítulo tres La participación de los alumnos en actos de violencia se pude observar que la conducta violenta más practicada corresponde a peleas con golpes (19.9%), donde aproximadamente uno de cada diez estudiantes señala haberlo hecho durante el ciclo escolar; le siguen el daño a instalaciones o equipo de la escuela (9.0) , el bullying y el robo al interior de la escuela  (10.0).   


En la mañana del 22 de Abril de 2009,  Axel Didriksson Secretario de Educación del Distrito Federal, anunció los resultados del Estudio exploratorio sobre maltrato entre compañeros  y compañeras en escuelas primarias y secundarias del Distrito Federal, que dicha dependencia realizó en colaboración con la Universidad Intercontinental en 29 escuelas de educación básica,  así como un plan de acción que según sus palabras se englobaría en el Programa  Un, dos,  tres por mí y por mi escuela, y se llamaría Escuelas sin violencia, las cifras  y el nombre del estudio se repetirían muchísimo en los periódicos por la situación tan alarmante que describía  para empezar, retomaban una  palabra,  que  habría sido mencionada de manera marginal en el  estudio Disciplina Violencia y Consumo de Sustancias Nocivas a la Salud en las escuelas Primarias y Secundarias de México del INEE, y  sonaba entonces muy poco  y aseguraban que 9 de cada 10 alumnos de primaria y secundaria en el Distrito Federal lo padecían[6]. El que la SE, hiciera esta declaración marca un nuevo rumbo en el combate a la violencia escolar pues sería la primera vez que la dependencia local se manifestará sobre el tema para referirse al bullying como una especie pandemia que debía ser combatida, priorizándola en lugar de temas  como la drogadicción y el abuso que  habían venido dominando la discusión sobre el tema y que mediáticamente al menos, serían sacadas del debate aunque en la realidad siguieran presentes.

Como demuestran los estudios de la década de los noventa  anteriores la violencia escolar se asociaba de manera restringida  a fenómenos como la drogadicción y las conductas antisociales,  sin embargo la aparición del Estudio exploratorio sobre maltrato entre compañeros  y compañeras en escuelas primarias y secundarias del Distrito Federal, marcaría un nuevo enfoque  gubernamental pues se centraba exclusivamente en el Bullying pero definiéndolo de manera amplia como todo tipo de maltrato intimidación, amedrentamiento que ejerce un alumno (a) (o un grupo) contra otro alumno (a).  Este tipo de maltrato incluye acciones variadas, que generalmente son consideradas como “naturales o “normales”[7](los robos, las  peleas,  y otras formas de agresión),  pero sobre todo concentrando  la reflexión en el interior de la escuela y las relaciones que los sujetos entablan entre sí, sacando  del debate temas que dentro de la investigación educativa  en el Distrito Federal  tenían un papel preponderante como las drogas o  el abuso sexual.     El bullying pasó a convertirse en el tema prioritario de la educación básica en la  política educativa del Distrito Federal, y con el paso del tiempo  lo sería en otros espacios  como los medios de comunicación, el Congreso de la Unión o  los congresos estatales, después de este estudio quedó claro que el bullying era un mal a vencer, ya que era alarmante su proporción, aunque  en muchos casos el término no se comprendiera del todo.




[1] Sylvia Beatriz Ortega Salazar, Marco A. Martínez Macarro y Adrián Castelán Cedillo. “Estrategias para prevenir el maltrato, la violencia y las adicciones en las escuelas públicas de la ciudad de México” Revista Iberoamericana de Educación no. 38 (2005)  147-169.

[2] Los lineamientos en su artículo 14 prohibían la suspensión de los alumnos o su expulsión del plantel
[3] Pertenece a la AFSEDF y cumple entre otras funciones la de investigar el caso y turnarlo a las autoridades competentes para su desahogo, igualmente ofrece asesoría a las víctimas, sus padres o tutores y realizan trabajo de orientación y acompañamiento a las escuelas directivos y maestros.  Sobresale también que si se percibe a un alumno con señales de maltrato externo a la escuela, también deberá atenderse.
[4] Ortega, “Estrategias para prevenir el maltrato, la violencia y las adicciones”, 150.
[5] INEE, Disciplina Violencia y Consumo de Sustancias Nocivas a la Salud en las escuelas Primarias y Secundarias de México, (México:2007)  205 p. 
[6] Comunicación Social del GDF, Axel Didriksson: Las escuelas del DF deben ser centros con convivencia, interculturalidad y no discriminación, Transcripción del Miércoles, 22 de abril de 2009. Consultado el 6 de abril de 2012 desde 187.141.18.200:9003/libphp/makepdf.html?id=1033214
[7] SE-UIC. Estudio exploratorio sobre maltrato entre compañeros  y compañeras en escuelas primarias y secundarias del Distrito Federal (Mëxico: SE/UIC, 2009)  1 


domingo, 6 de junio de 2010

CUANDO LA VIOLENCIA VIENE DE FUERA.





La definición conceptual de la  violencia escolar   ha pasado por una evolución constante, en un primer momento se le vinculó al maltrato que los docentes daban a los alumnos,  si bien estas prácticas encontraban un fundamento religioso y pedagógico[1] pues se suponía que servían para, corregir a los estudiantes y encausarlos por el buen camino, aunque el instrumento  para lograrlo fuera la “vara”, estás prácticas eran vistas a los ojos del decreto del 17 de Agosto de 1813  como contrarias al pudor a la decencia y a la dignidad[2]  y fueron prohibidas en México,  sin  que esto significará que las mismas dejarán de llevarse a cabo.  


    La resignificación de la violencia escolar en los años recientes ha implicado analizarla desde otras perspectivas, no obstante, llegar a una definición de ella es un gran problema  histórico, político y social, ya que  existen  muchas definiciones que Daniel Míguez y Adela Tisnes[3] clasifican en dos grandes apartados.  Aquellas que plantean una definición ampliada y las que hacen una definición restringida:   La definición restringida limita la violencia en las escuelas a aquellos actos que vulneran el sistema legal. La definición ampliada toma en cuenta la perspectiva de la victima  incorporando sus acepciones en lugar de restringirlas. Así nos movemos en un escenario que pasa por las definiciones de la violencia invisible (simbólica y estructural) la visible  (aquella que es directa como la agresión física)  y que sin embargo están en discusión permanente.  

Como consigna Daniela Pastrana[4],  el gobierno del Distrito Federal fue pionero en la implementación de acciones  como Mochila Segura y Sendero Seguro, desde 2001 y 2002 respectivamente, dos programas que nacerían separados pero que unidos forman parte integrante de lo que hoy en día caracteriza la operatividad  de  los programas gubernamentales de seguridad escolar.   Cuando surgen estas propuestas la violencia escolar es entendida como algo ajeno que ha irrumpido de pronto en el ámbito escolar, por ello deben revisarse las mochilas y recoger lo prohibido para que no penetre las puertas de la institución educativa, además debe dotarse a ésta de alumbrado público y medidas de seguridad, para mantenerla apartada de todo peligro.



Aunque en algunas intervenciones se le comprende en relación con conductas como el  maltrato y abuso sexual de menores, el consumo de drogas entre adolescentes y la violencia intrafamiliar[5], se nota que predomina una especie de enfoque exógeno de la violencia escolar,  donde si bien se reconocen problemas al interior de las escuelas como que  los docentes abusen de menores, éstos son comprendidos como  casos patógenos  y aislados que se deben investigar  y corregir, mediante procesos institucionales, mientras que en otras intervenciones; principalmente las que provienen de la sociedad civil,  se le verá como el reflejo de lo social, y se buscará una intervención pedagógica y formativa.  En ambos casos, es el exterior de la escuela el que invade de pronto una especie de santuario intocado, con una serie de prácticas que no son propiciadas por ella ni por su estructura.





[1] Roberto González Villareal,  “Historia de una problematización: ¿Qué hay de nuevo en la violencia escolar?” X Congreso Nacional de Investigación educativa/ área 17 Convivencia, disciplina y Violencia en escuelas, COMIE, Septiembre 2009.
[2] Pablo Escalante Gonzalbo,  Historia Mínima de la educación en México (México: COLMEX, 2010) 89.
[3] Daniel Miguez y Adela Tisnes, et al.,  Violencias y conflictos en las escuelas. (Argentina: Paídos, 2008) 17.
[4]  Daniela Pastrana . “Escuela Segura”. Revista A-Z, no. 17  (2009) 47-48.
[5] Sylvia Beatriz Ortega Salazar, Marco A. Martínez Macarro y Adrián Castelán Cedillo. “Estrategias para prevenir el maltrato, la violencia y las adicciones en las escuelas públicas de la ciudad de México” Revista Iberoméricana de Educación no. 38 (2005)  147-169. 


miércoles, 5 de mayo de 2010

DESCENTRALIZACIÓN EDUCATIVA Y SUS EXCEPCIONES





El llamado federalismo educativo [1] con posiciones a favor y en contra ha sido una constante en la historia de nuestro joven sistema educativo y el siglo XX  ha sido el escenario en el que se ha decidido su futuro.   

Durante los primeros años la gran batalla del sistema educativo fue crear un sistema centralizado, que durante las últimas décadas se veía como un obstáculo y el reto principal a vencer para lograr la calidad educativa.


Después de la Revolución Mexicana y al declararse la constitución de 1917 la educación paso a manos de los municipios[2], sin embargo poco a poco éstos mostraron su incapacidad para dotar a la población de los conocimientos básicos, que el progreso del país requería,  esto se explica  por una parte  porque los gobierno locales muchas veces no contaban con los recursos  económicos  o con personal capacitado para mantener a las escuelas funcionando y por otro lado la carencia de un rumbo claro en el sistema educativo hacía que todo esfuerzo se desdibujará  y sólo se beneficiará  a unos cuantos en  las poblaciones urbanas de las ciudades más importantes del país.

El presidente Álvaro Obregón y su Secretario de Educación José Vasconcelos. 

Durante la administración de  Álvaro Obregón[3]  esta situación se volvió  más evidente, y comenzaron a surgir propuestas para revertirla. La creación de la Secretaria de Educación Pública[4] y  la expansión de las escuelas administradas por el gobierno Federal[5], creo  tres modalidades de escuelas, las estatales, las federales y las municipales, siendo estas últimas las que terminaran diluyéndose en el tiempo, sin embargo fue bajo el gobierno de Plutarco Elías calles cuando el gobierno federal llegó a tener por lo menos una escuela federal en cada estado, tendencia que a lo largo de  las décadas  y de las prácticas presidencialistas que acompañaron el desarrollo educativo, llegó a crecer hasta el punto que José Antonio Rosique Cañas y Janette Góngora Soberanes describen que para los noventas de las 32 entidades federativas, sólo en el estado de México coexistían los dos sistemas estatal y federal de manera más o menos equilibrada;  en Coahuila, Colima, Chiapas, Chiapas, Chihuahua, Durango, Guanajuato, Nayarit, Puebla, San Luis Potosí, Sonora, Tlaxcala, Yucatán y Zacatecas coexistían las escuelas estatales con predominio del federal; y en los 12 estados restantes el sistema estatal era prácticamente  inexistente y desorganizado[6].

El centralismo educativo vino a agravarse en la década de los cuarentas cuando incluso incorporó la organización de los trabajadores.  El corporativismo priista había  fundado centrales obreras a lo largo del territorio, para facilitar su control y beneficiar los intereses del régimen, los maestros no fueron la excepción y con la misma facilidad con que se les nombró apóstoles o misioneros  en el modelo vasconcelista,  se les denomino trabajadores de la educación, renunciando desde ese momento a su papel de transformadores sociales y pasando a la  dependencia sindical y gubernamental que estaba presente en todos los frentes ya que el Secretario de Educación era nombrado por el presidente al igual que su líder sindical, sistema que sería bendecido por Jaime Torres Bodet en el nacimiento del Sindicato Nacional de  Trabajadores de la Educación (SNTE), con estas palabras[7]: “Necesitamos que ahora que os habéis unido, no perdáis el tiempo en debates internos, superfluos y muchas veces perjudiciales; que todas las horas de vuestro calendario escolar se consagren realmente a las tareas educativas”.

El secretario de Educación Jaime Torres Bodet. 

El modelo de un sindicato nacional, trajo consigo una organización que con el tiempo fue amasando incontables mecanismos de presión política y una vida interna compleja marcada por la violencia, la  venta de favores y la corrupción, llegando incluso a leyendas negras sobre sus dirigentes, que eran vistos por los maestros  disidentes como una suerte de caciques y muchas veces  por  la opinión pública como operadores  del conservadurismo contrarios a la mejora educativa, pero cuyo poder sería incuestionable, por ejemplo  en tiempos de Jongitud Barrios los 950, 000 empleados de la educación representaban tres cuartas partes del total de los empleados del gobierno central[8] cuya lealtad estaba supeditada a los designios de los líderes vitalicios  como Carlos Jongitud Barrios y  Elba Esther Gordillo.

El escudo del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. 

El centralismo educativo desde principios de los setenta mostraba ya su agotamiento, la principal crítica que se le hacía era  la ineficacia, la calidad del sistema era la nueva meta y  desde la visión gubernamental el  tamaño  de la SEP, impedía lograr una gestión que permitiera superar  las dificultades para su operación[9],   se reconocía que la cobertura era un gran logro del centralismo,  pero que no tendría el impacto deseado sino se acompañaba por una mayor eficiencia y calidad de los procesos administrativos.  

Carlos Jongitud Barrios en el centro de la imagen y  a su derecha  Elba Esther Gordillo. 

Desde 1978 inicio un proceso de desconcentración[10], fundando oficinas regionales en los estados, y reorganizando a la SEP, pero la descentralización  sólo pudo consumarse en 1992 con la firma del Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica (ANMEB),  entre el presidente de la república Carlos Salinas de Gortari; 32 gobernadores,   la SEP representada por Ernesto Zedillo Ponce de León,  el SNTE cuya líder  recién nombrada  Elba Esther Gordillo, había logrado salvaguardar la  integridad de su sindicato, ya que entre las propuestas iniciales se había planteado fraccionar al sindicato, sin embargo por la presión política de este organismo dicha propuesta se rechazó.

Ernesto Zedillo Ponce de León, Carlos Salinas de Gortari y Elba Esther Gordillo


Emergía así una nueva forma de relación sindical  que resultaría asimétrica en muchos casos. A través de este acuerdo es que se inició la descentralización educativa, rompiendo así con todo una época en que se intentó centralizar el sistema. 

El ANMEB estableció que el Ejecutivo Federal traspasa y el respectivo gobierno estatal recibe, los establecimientos escolares con todos los elementos de carácter técnico y administrativo, derechos y obligaciones, bienes muebles e inmuebles, con los que la Secretaría de Educación Pública venía prestando, en el estado respectivo, hasta esta fecha, los servicios educativos mencionados, así como los recursos financieros utilizados en su operación [11]El gobierno federal asumió el compromiso de transferir  los recursos necesarios a los estados para lograr los objetivos que los nuevos planes y programas plantearían [12], igualmente en dicho acuerdo se hablaría de la resignificación del magisterio mediante programas de capacitación, de vivienda, la instauración de Carrera Magisterial, de la formación de maestros.

Sin embargo la SEP reservo para sí atribuciones que por sí mismas, hacían del federalismo educativo una falacia, la Secretaria federal por ejemplo fijaba el presupuesto educativo sin que hubiera un criterio claro para ello, hacía los planes de estudio y evaluaba al sistema educativo  nacional. 

En palabras de José Antonio Rosique Cañas y Janette Góngora Soberanes, la descentralización se convirtió en centralización [13], porque las facultades conservadas por la SEP, solo incrementaron la desigualdad, pues el control de los recursos es en escencia lo que garantiza la operatividad de los servicios educativos, así como el diseño de los planes de estudio, aunado a qué la descentralización no se hizo a petición de los estados sino del gobierno central.

En cada estado comenzaron a funcionar nuevas secretarias de educación que en el mediano plazo asumieron la conducción de los sistemas estatales, que en algunos lugares era inexistente, ya que toda su estructura educativa había sido administrada en su totalidad por el gobierno federal, sólo Veracruz  y Yucatán tenía una secretaria de educación a la hora de realizar la descentralización[14], los demás tuvieron que fundarlas o adaptarlas a sus sistemas, pese a que cuando se firmó el ANMEB, no existía en el Distrito Federal un gobierno independiente, cuando este finalmente surgió, tampoco se le entregaron los servicios educativos.

La ley General de Educación dejo claro que esta solo se daría con la anuencia del SNTE,  por una suerte de conveniencia entre el gobierno Federal y dicho organismo ya que el artículo cuarto transitorio de la Ley General de Educación planteaba  que “el proceso para que el gobierno del Distrito Federal se encargue de la prestación de servicios de educación inicial,  básica incluyendo la indígena –y especial en el propio Distrito Federal, se llevará a cabo en los términos y fecha que se acuerde con la organización sindical.   A partir de la entrada en vigor de la presente Ley y hasta la  conclusión del proceso antes citado, las atribuciones relativas a la educación inicial, básica incluyendo la indígena- y especial que los artículos 11,13, 14 y demás señalaba para las autoridades educativas locales en sus respectivas competencias corresponderán, en el Distrito Federal, a la Secretaria.   A la conclusión del proceso citado entrará en vigor el primer párrafo del artículo 16 de la presente ley” [15].  Así se ataba de manos al gobierno del Distrito Federal para ejercer   las atribuciones que la Ley General de Educación daba a los gobiernos locales, y en su caso intervenir en el proceso educativo en su propio territorio, lo cual sólo resultaba conveniente para controlar políticamente un frente que podría resultar peligroso para el gobierno federal que pertenecía a un partido distinto que el que gobernaba en el Distrito Federal. 








[1]  El Federalismo es más que un régimen político, una forma de entender a la sociedad que constituye un estado, es un pacto donde los estados autónomos conservan algunas facultades y ceden otras  al gobierno federal para asegurar de esa manera el bienestar de la nación constituida.
[2] Engracia Loyo y Anne Staples.  “Fin de Siglo y de un Régimen”  en La Educación en México  (México: COLMEX, 2010) P. 159.
[3] Ibid., 160
[4] Ibíd.,  161.
[5] En el modelo federal de educación de 1917 quedaba claro que la federación no podría entrometerse en las decisiones administrativas de cada establecimiento educativo, sin embargo el 8 de Julio de 1921 se reformo el artículo 73  que daba a la federación nuevas atribuciones “la federación tendrá jurisdicción sobre los planteles que ella  establezca, sostenga  y organice, sin menoscabo de la libertad que tienen los estados para legislar sobre el mismo ramo educacional (…)”
[6] José Antonio Rosique Cañas y Janette Góngora Soberanes, Descentralización postergada, ¿por qué? El caso de la educación básica en el Distrito Federal  Veredas, número especial, (México:2008) pp. 119-146.
[7] Jaime Torres Bodet. “Discurso de Clausura del Congreso de Unificación Magisterial (30 de Septiembre de 1943)” Discursos 1941-1961 (México: Porrúa, 1965) pp. 567-570.
[8] Alan Riding, Vecinos Distantes. Un retrato de los Mexicanos, ( México:Planeta, 1985) p. 281.
[9] Alejandro Canales (2006) Descentralización y Federalismo (México: Observatorio Ciudadano de la Educación, 2006) p 1.
[10] José Antonio Rosique Cañas y Janette Góngora Soberanes,  Loc. cit.
[11] Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica, 1992. P. 9
[12] Llegarían las reformas curriculares en 1993  para Primaria y Secundaria plantearían la introducción del enfoque constructivista de la educación básica.
[13] José Antonio Rosique Cañas y Janette Góngora Soberanes, loc. cit. P. 132.
[14] Alberto Arnaut, Gestión del Sistema Federalizado 1992-2010, en Los Grandes Problemas de México. Tomo VII. México, COLMEX, 2010, p. 234- 265.

[15]  Diario Oficial de la Federación, Martes 13 de Julio de 1993.  

El regreso del exsecretario

En el último sexenio ha cobrado especial importancia la figura de algunos diputados y senadores que abanderan ideas liberales y dicen de man...