jueves, 9 de septiembre de 2010

LA INVESTIGACIÓN QUE CAMBIO TODO, EL BULLYING COMO NUEVA PREOCUPACIÓN


Axel Didriksson, primer  Secretario de Educación del Distrito Federal 


Es la mañana del 22 de Abril de 2009,  Axel Didriksson Secretario de Educación del Distrito Federal anuncia los resultados del Estudio exploratorio sobre maltrato entre compañeros  y compañeras en escuelas primarias y secundarias del Distrito Federal, que dicha dependencia realizó en colaboración con la Universidad intercontinental, así como un plan de Acción que según sus palabras se englobaría en el Programa  Un, dos,  tres por mí y por mi escuela, y se llamaría Escuelas sin violencia, las cifras  y el nombre del estudio se repetirían muchísimo en los periódicos por la situación tan alarmante que describían para empezar, retomaban una  palabra,  que sonaba entonces muy poco,  bullying  y aseguraban que 9 de cada 10 alumnos de primaria y secundaria en el Distrito Federal lo padecían[1].   Esta investigación será repetida una y otra vez en la prensa, generando  preocupación,  y una nueva connotación de violencia escolar. 

En 2005 la Administración Federal de Servicios Educativos en el Distrito Federal (AFSEDF) dio a conocer el estudio Estrategias para prevenir y atender el Maltrato, la violencia y las adicciones en las escuelas públicas de la ciudad de México, escrito por Sylvia Beatríz Ortega Salazar (primera Administradora Federal), Marco A. Ramirez Moncarro y Adrian Castelán Cedillo, en el que daban cuenta de 4 estrategias seguidas por la AFSEDF, para prevenir las tres categorías plateadas como componentes fundamentales de la violencia escolar.   En primer lugar durante el ciclo escolar 2004-2005, se crearon los Lineamientos para la Organización y el Funcionamiento de los Servicios Educativos en el Distrito Federal,  que en sus artículos 14, 15 y 16, marcaban  una prohibición expresa al maltrato, castigo corporal o psicológico, abuso sexual, negación del derecho a la educación[2], así como un procedimiento a seguir en caso de encontrar estas conductas en los responsables del proceso educativo o administrativo de las escuelas –docentes, personal de apoyo a la educación-   pudiendo incluso recurrir a la Unidad de Atención al Maltrato y Abuso Sexual Infantil[3]. Se implemento también un programa para Prevenir el delito y las adicciones;  otra estrategia fue la Formación de Valores  lo que implicó la puesta en marcha de una nueva  asignatura llamada “Por una cultura de la legalidad” en la que se buscaba reforzar la formación ciudadana y el apego a la democracia así como la puesta en Marcha del programa “Contra la Violencia Eduquemos para la Paz”  así como el programa “Escuela Segura, Sendero Seguro” -descritos en el apartado anterior- sin embargo lo que más destaca de estudio es que en su marco teórico, da cuenta de una serie de hallazgos que tienen como eje principal el explicar la relación causal entre ciertos factores y los tres tipos de violencia escolar presentados.

En el caso de la violencia en la escuela  cita a Roland y Galloway, quienes han expuesto que la violencia en un grupo escolar se presenta con mayor incidencia cuando los maestros aplican sanciones o formas disciplinarias rígidas[4], encontrando que dos terceras partes de los alumnos se consideran protegidos dentro de la escuela, aunque la tercera parte de los varones y la quinta parte de las mujeres considere que sus compañeros son peligrosos, menos de la mitad de los adolescentes se siente tratada con calidez por sus profesores y solo un poco más de la cuarta parte en el caso de los varones y una quinta parte de las alumnas recurriría a un maestro para resolver algún problema.  El abuso sexual  y el maltrato por parte de algún docente o trabajador de la educación reportó 564 denuncias de las cuales 17% resultaron falsas.  En el caso de la adicción a estupefacientes se observa que los factores preponderantes en esta  son el género –los hombres consumen más aunque se observa un incremento en las mujeres y preferencias  particulares entre hombres y mujeres sobre el consumo de alguna sustancia-, los problemas de identidad, la baja tolerancia a la frustración,  la desintegración familiar, el abandono del hogar, la adicción a las drogas de algún miembro de la casa, el maltrato, y un ambiente de violencia en el núcleo doméstico, 15.2 de los estudiantes de secundaria reporto haber consumido al menos una vez sustancias adictivas, los estudiantes que habitan con sus dos padres tienen una mayor protección, frente a aquellos que residen solamente con uno o más progenitores, la actividad laboral de los estudiantes favorece el consumo de drogas, aunque  los principales factores de riesgo son el ausentismo y deserción escolar.


En el Estudio Disciplina Violencia y Consumo de Sustancias Nocivas a la Salud en las escuelas Primarias y Secundarias de México   del Instituto Nacional de Evaluación Educativa, publicado en 2007,  la violencia escolar se concibe como un conjunto de comportamientos o conductas antisociales  (como las disrupciones en el aula, problemas entre profesores y alumnos, vandalismo, violencia física y extorsiones, robos, bullying, acoso sexual) y aparece el bullying como un proceso de intimidación y victimización entre iguales y aunque no incluye violencia física el maltrato intimidatorio puede tener lugar a lo largo de meses e incluso años siendo las consecuencias devastadoras tanto para la víctima como para la convivencia grupal[5].  En el capítulo tres La participación de los alumnos en actos de violencia se pude observar que la conducta violenta más prácticada corresponde a peleas con golpes (19.9%), donde aproximadamente uno de cada diez estudiantes señala haberlo hecho durante el ciclo escolar; le siguen el daño a instalaciones o equipo de la escuela (9.0) , el bullying y el robo al interior de la escuela  (10.0). 


Cómo demuestran los estudios anteriores la violencia escolar se asociaba de manera restringida  a fenómenos como la drogadicción y las conductas antisociales, que incluían al bullying,  sin embargo la aparición del Estudio exploratorio sobre maltrato entre compañeros  y compañeras en escuelas primarias y secundarias del Distrito Federal, marcaría un nuevo enfoque  teórico pues se centraba exclusivamente en el Bullying pero definiéndolo de manera amplia como todo tipo de maltrato intimidación, amedrentamiento que ejerce un alumno (a) (o un grupo) contra otro alumno (a).  Este tipo de maltrato incluye acciones variadas, que generalmente son consideradas como “naturales” o “normales”[6].   Se incluyó  como parte del bullying  los robos y peleas, así como otras formas de agresión, concentrando   la reflexión sobre el interior de la escuela y las relaciones que los sujetos entablan entre sí, sacando del centro del debate temas que dentro de la investigación educativa que se había venido realizando en el Distrito Federal  tenían un papel preponderante como es el caso de las drogas o  el abuso sexual.   


El bullying pasó a convertirse en el tema prioritario de la educación básica en la  política educativa del Distrito Federal, y con el paso del tiempo  lo sería en otros espacios  como los medios de comunicación, el Congreso de la Unión o  los congresos estatales, después de este estudio quedo claro que el bullying era un mal a vencer, ya que era alarmante su proporción, aunque  en muchos casos el término no se comprendiera del todo.




[1] Comunicación Social del GDF, Axel Didriksson: Las escuelas del DF deben ser centros con convivencia, interculturalidad y no discriminación, Transcripción del Miércoles, 22 de abril de 2009. Consultado el 6 de abril de 2012 desde 187.141.18.200:9003/libphp/makepdf.html?id=1033214
[2] Los lineamientos en su artículo 14 prohibían la suspensión de los alumnos o su expulsión del plantel
[3] Pertenece a la AFSEDF y cumple entre otras funciones la de investigar el caso y turnarlo a las autoridades competentes para su desahogo, igualmente ofrece asesoría a las víctimas, sus padres o tutores y realizan trabajo de orientación y acompañamiento a las escuelas directivos y maestros.  Sobresale también que si se percibe a un alumno con señales de maltrato externo a la escuela, también deberá atenderse.
[4] Ibid, 150.
[5] INEE, Disciplina Violencia y Consumo de Sustancias Nocivas a la Salud en las escuelas Primarias y Secundarias de México, (México:2007)  205 p. 
[6] SE-UIC. Estudio exploratorio sobre maltrato entre compañeros  y compañeras en escuelas primarias y secundarias del Distrito Federal (Mëxico: SE/UIC, 2009) p. 1 


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