viernes, 19 de marzo de 2021

Nosotros estuvimos ahí




¿Puede la educación cambiar? 

A unos meses de haber iniciado su gobierno, el presidente Lopez Obrador  planteó las condiciones con las que habría de llevarse la cancelación de lo que se ha llamado "la mal llamada reforma educativa", su plan consistió en primer lugar en plantear un memorándum que ordenaba suspender la aplicación de la reforma del gobierno anterior, aunque el gobierno se cuido bien de preservar el papel de los docentes.

La oposición al gobierno de Andrés Manuel Lopez Obrador intenta crear una nueva narrativa ante el fracaso de su anterior estrategia de usar el miedo del electorado para favorecer su agenda.  

Al menos en el sector educativo, la  "técnica" y el  "saber científico", son usados como argumentos de legitimidad para criticar la supuesta "inexperiencia" y "ocurrencias" con las que está gobernando el presidente y su partido.  Lo cierto es que existe un grupo consolidado de académicos que han encontrado a un enemigo político "el sindicato" y una solución: ellos. Aunque presentes en toda la administración publica de los últimos años, tanto en el estudio de la materia educativa,  como en la formación de cuadros, han omitido mencionar o al menos hacer público el papel que ellos mismos han jugado en esa maquinaria perversa que han denunciado. 





Los hechos están ahí, la reforma legal necesaria para sortear, al menos en lo legal el acuerdo con la oposición, se ha cumplido. Se ha transformado el artículo tercero, la ley general de educación, se han creado las leyes secundarias, todo se ha conjurado, aunque la aplicación que es otro tema, aún tendrá mucho por vencer pues la disputa actual es resultado de múltiples y viejas rencillas que parecen reeditarse una vez más. 

La lucha entre universitarios y normalistas no es nueva, lleva al menos 30 años. Y no se da ni en el campo de la pedagogía, ni en las práctica educativas, se da en el campo de la administración; por el poder y control de las escuelas.  

Ambas tradiciones compiten por las plazas. Aunque por razones diferentes 

Mientras que para los universitarios significan abrir un nuevo campo laboral, para los normalistas representan un símbolo, es el ultimo vestigio  del lugar privilegiado que alguna vez ocuparon en la política nacional.  






La soberbia de ambos grupos les impide situar el reto actual del sistema educativo en el aprendizaje. Es a ese debate al que tendremos que llegar, aunque como en muchos temas seguramente será tarde. 

La educación es uno de los mejores sistemas que ha creado la humanidad, y sí, aún en una sociedad violenta como la Mexicana esto es palpable. Ya que es un lugar donde se puede encontrar la seguridad, limpieza, hábitos saludables, que muchas veces nos niegan o condicionan otras estructuras sociales.   

Sin embargo en nuestro país, la educación esta abriendo una brecha que estamos ignorando, ya sea porque no tenemos una solución o por que así conviene hacerlo. Y es que si bien es de todos conocido  que nuestras élites son enemigas de la inclusión y la equidad, y por lo tanto ellas crean y reproducen  centros educativos que no buscan la calidad educativa sino la creación de guetos y la reproducción de un sistema de privilegios, en las escuelas publicas existe desde hace un buen tiempo una gran cantidad de alumnos que abandonan la escuela desde la secundaria hasta la educación Media Superior, cuando miramos que pasa en los extremos de nuestra sociedad, parece que la descomposición no conoce límites, el narcomenudeo, el abuso sexual, los asesinatos, las heridas de todo lo que arrastra este país para sobrevivir están ahí, generando que muchos adolescentes no encuentren en la escuela el apoyo que necesitan y decidan abandonarla. 

La entrada en el terreno de la educación de sectores de la sociedad civil cuyos principales intereses son los del sector empresarial, es decir garantizar que México sea capaz de desarrollar el capital humano que garantice el desarrollo de la economía, han dominado la discusión pública y han encontrando en el nuevo gobierno un freno momentáneo, a las medidas que habían logrado imponer, como producto de lo que llaman el cabildeo, pero que al coincidir con la agenda gubernamental contó  con el apoyo oficial para promover sus reformas e importar una serie de políticas que contaron con el apoyo de una alternancia política que hasta ahora se ha mostrado incapaz de generar un pacto educativo. 

La burocracia enorme de la secretaria de educación pública que sigue moviéndose con la corrupción e impunidad de siempre, la incapacidad del gremio magisterial para organizarse y responder al problema educativo actual con una propuesta acordé a los retos que la educación enfrenta.  Todo ello también nos guste o no forma parte de la escuela Mexicana de siempre. 






Contrariamente a lo que podría pensarse, las inercias del Sistema Educativo llevas años dirimiéndose,  nadie gana, y el sistema está inmovilizado,  tampoco se apuesta por el acuerdo, la estulticia de los líderes, han secuestrado el discurso y no quieren ceder posiciones. Las verdaderas demandas de la sociedad incluidas las de los docentes no forman parte de ninguna agenda. llámese progresista o de la forma que se quiera. 

Solo puedo decir, nosotros estuvimos ahí y no cambio nada.  Con el nuevo gobierno el panorama se ha reciclado, ¡saqué usted sus conclusiones! 




Nota: Las imágenes que acompañan esta entrada corresponden a uno de los edificios educativos más bonitos del país La Benemérita y Centenaria Escuela Normal para Profesores de Toluca, corresponden a esta institución los créditos de imagen, sobre todo por sostener y mantener,  tan bello y representativo edificio, orgullo del Estado de México. 

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