Con Gordillo en el SNTE cambiaron las tácticas de represión: fue
más cruel y refinada
“Su mirada era fría, aguda, directa,
amenazante, aunque sonreía”
La
Asociación “Ignacio M. Altamirano”
Denuncia
/ II
Para
cimentar su dominio sobre los sindicatos, el charrismo se vale de la violencia.
Todo aquél que se asume y actúa como disidente se coloca automáticamente en la
mira de la represión
Mentes calenturientas
Una y otra vez, los integrantes de la CNTE denunciaron en todos
los foros a los que tuvieron acceso la guerra sucia que sufrían. Sin embargo,
según Alberto Miranda Castro, secretario general del sindicato entre 1983 y
1985, esas eran “opiniones de mentes calenturientas de la coordinadora”. De
acuerdo con el desplegado del comité nacional del SNTE, publicado el 22 de
abril de 1982, todo se debía a que “la plañidera queja sobre supuestas
agresiones impulsadas por nuestro sindicato forma parte del arsenal táctico con
el que se desenvuelve la discrepancia (...) las injustas imputaciones que a la
dirigencia nacional se hacen, no son sino la cortina de humo...”.
De acuerdo con Vanguardia Revolucionaria, la coordinadora era una
especie de engatusador de mentes que robaba a los maestros su verdadera
ideología.
Durante el octavo Consejo Nacional Extraordinario, Olegario
Valencia, secretario general de la sección 23 de Puebla, afirmó: “Se han
preparado cuadros para adueñarse de la voluntad de los compañeros mediante el
contagio mental, bajo las cantinelas, marchas y canciones quieren quitarles la
ideología de Vanguardia Revolucionaria para después darles consignas que
deberán seguir con toda rutina. “Un enemigo dotado de tales artes sólo podía
combatirse con la represión.
Esa violencia no desapareció con la caída de Jonguitud. El 20 de
enero de 1990 en Tepic, Nayarit, Elba Esther Gordillo fue nombrada nuevamente
secretaria general del sindicato. Sus servicios de seguridad arremetieron
contra los integrantes de la coordinadora. Teodoro Palomino salió volando, a
Rene Bejarano le pegaron por la espalda y a Miguel Bortolini le rompieron la
cara. Los golpeadores del sindicato la emprendieron contra todos los delegados
democráticos: patadas, empujones y amenazas con armas de fuego. Así se inauguró
la nueva era sindical.
El saldo trágico del “¡duro con ellos!, ¡que no nos detengan las
consecuencias” de Andrade Ibarra, el llamado de Jonguitud a la guerra, y el
“los pararemos cueste lo que cueste, a costa de lo que sea” de Elba Esther
Gordillo está hoy a la vista. La guerra sucia contra el magisterio fue uno de
los más lamentables periodos de nuestra historia reciente. No puede olvidarse
ni ocultarse durante más tiempo.
La guerra sucia contra la CNTE continúa
Como un testimonio que muestra el cacicazgo de Elba Esther
Gordillo y el mangoneo que hace del secretario general del SNTE, Rafael Ochoa
Guzmán, damos a conocer la conversación telefónica entre ambos de principios de
junio de 2003, en donde se muestra el autoritarismo y las instrucciones para
atacar al movimiento democrático magisterial: Gordillo: Hola Rafa. Ochoa:
Maestra, buenos días. Gordillo: ¿Cómo vas? ¿Qué información tienes? Ochoa: Que
vinieron de Oaxaca para... Gordillo: Van a venir, pero mira, yo estoy con
Toñito y tiene razón, lo del 10 de junio, yo creo que aunque sea algunos
maestros revoltosos se van a quedar a lo del 10 de junio. Ochoa: No hay todavía
información concreta de lo de ellos, anoche...
Gordillo: Por eso, te lo vuelvo a decir, lo único que no puede
hacer uno es actuar en razón de esa información solamente, sino actuar con lógica,
y la lógica es que sí se quieran quedar hasta el martes, cuando menos los más
duros. Entonces, pensar en el escenario nuestro, que es que tiene que partir
nuestro escenario quizá lo más conveniente después del 10 de junio actual. Me
dice Toñito que te entregó algo para lo de la recuperación del edificio, todo.
Ochoa: Una propuesta de varias acciones, maestra.
Gordillo: Eso me parece espléndido, lo que me planteaste, pero yo
lo seguiría al pie de la letra, entonces, para mí que hay que citar ahorita a
tu Comité Nacional, discutir está estrategia, y quizás, todo esto sería en el
marco de un Consejo Nacional. Con toda la fuerza, ¿eh?, y ya el Consejo
Nacional trasladarse, a la instancia y hacer las citas, pero acuérdate de
diseñarlo, pero después del 10. No antes, ¿no? Yo al rato estaré en condiciones
de ver si nos reuniremos y discutiremos cómo, pero creo que él tiene razón, no
antes, porque si se quedan el 10 de junio, ahí se va a perder nuestra nota.
Ochoa: Si maestra, se pierde el efecto, sí, exactamente.
Gordillo: Pero pasando el 10 de junio ya podemos, desde la entrega
del edificio, el Consejo Nacional, dentro del Consejo Nacional, eso que te dije
de daños del edificio y notario, todo, todo, lo legal, pero como se lo plantee,
y yo buscaría otro abogado muy cabrón, porque el tuyo se ve muy enclenque, muy,
muy enclenque, uno duro, y de renombre, con argumentaciones, bueno para debatir
públicamente. Para defender al sindicato y darle toda la información, e irnos
por la línea jurídica que hemos pensado, ¿no?
(Sí maestra, como usted diga) Amén de la política, es decir la
política y la jurídica, pero de este golpe ya hay que cobrar, hay que mejorar
los daños, no hay que hacerlo, lo negativo hay que hacerlo positivo. No sé qué
requieras.
Ochoa: Nada más operar, ya estamos realizando las propuestas que
él nos hizo, este asunto de la jornada del domingo la tenemos afinada para
ajustarla según la necesite usted, si la llevamos...
Gordillo: Por eso, si estamos partiendo de que se pueden quedar el
10, el domingo quiere decir que el domingo no nos conviene.
Ochoa: Exactamente, no lo vamos a poder hacer el domingo, pero lo
estamos afinando todo, con los contingentes, explicándoles la acción que vamos
a realizar, todo.
Gordillo: No sé, pero fíjate que yo me aventaría el Consejo
Nacional, fíjate, estoy loca, es una especulación loca, en el zócalo. En el
zócalo, en la plaza, los trámites y todo, y hacer el Consejo ahí, obviamente
tenerlo súper bien acordado. Sección por Sección, ver qué oradores, ver quiénes
hablan, todo, público. ¿Te imaginas qué impacto? Muy peligroso, eh.
Ochoa: Sí maestra, pero lo vamos...
Gordillo: O sea, ponerla como una posibilidad, ¿te imaginas?
Ochoa: Sí, claro, sí maestra, sería de mucho impacto.
Gordillo: Pero no se puede comentar.
Ochoa: Claro, no, esto no.
Gordillo: Pero deben tener por Estado, cinco o seis oradores de
los Consejales.
Ochoa: Pues yo me dedico a afinar el consejo, en la operación
política.
Gordillo: Pero no del control, sino del debate, a debatir lo que
estos camaradas están haciendo, llegar a, Guerrero, muy bien preparados para
manifestarse, cómo trabajaron, cuáles son los índices educativos, la denuncia,
como en Oaxaca a educación se ha caído, la exigencia de una auditoría en el
manejo de los recursos, y después haría lo que tanto asesoré yo a Argentina la
carta por la educación pública, una pequeña cartita, donde todos los que les
interese mejorar la educación pública nos pasen a hacer sugerencia, y como
desde el financiamiento, infraestructura y todo, y armamos una carta, pero una
carta de alto nivel, no bien, para posicionarnos, nos toca de manera
propositiva, en compromiso con la educación, tiene que ser ya el gran impacto.
Eso lo platicaré con Toñito a ver qué nos puede ayudar a ver, y ver qué más
y... ¿Ya entendiste?
Ochoa: Sí, sí, si entiendo, maestra, voy a ir.
Gordillo: Ahí se acuerda y nosotros sí somos maestros, y luego ir
buscando que pasen ahí gente muy importante a firmar la inversión sobre la
educación, qué propuestas, qué todo, ¿no?
Y además darle un sentido, ¿cómo podríamos tomar el edificio del
sindicato?, hay que planear muy bien lo de esa carta.
Ochoa: Okey, sí, maestra.
Gordillo: Por la educación pública de calidad.
Ochoa: Exacto, sí maestra.
Gordillo: Ándele.
Ochoa: Voy a ir citando a la reunión, y a los responsables hagan
acción.
Gordillo: Sí, nada más que tienes ahí una bola de gente que te
encanta poner y que son muy flojos y no hacen nada, involucra a gente nueva que
realmente se ponga la camiseta y haga el trabajo. No sé de dónde madres.
¿Me entiendes? Pero no, no hay que tener todo bajo control, sino
todo bajo eficiencia y lealtad.
Dale una pensada de fondo, porque el vejestorio ya no sirve para
nada, es una bola de huevones. Hay que mandar a alguien a Baja California Sur
porque me dicen que no están operando la movilización.
Ochoa: Sí, maestra, ya hablé con Jor y con Cupertino, me daban una
explicación de...
Gordillo: No, eso no importa, lo que hay que mandar es, o a uno de
los Diputados, uno que se mueva bien, que se vaya a ayudar, a amarrarla y lo
que está haciendo Ibáñez tampoco sirve porque ni siquiera hace amarre.
Ochoa: Okey, de acuerdo.
Gordillo: No revisa, no ve. ¿Okey? Ponles eso y al rato hablamos,
bye.
Ochoa: Correcto, sí.
Gordillo: Querido amigo.
Huerta: Hola, Profesora.
Gordillo: ¿Cómo le va? Llegué retarde, pero llegué.
Huerta: Pero llegó, creo que realizó un gran esfuerzo.
Gordillo: ¿Estará ocupado el secretario? Si está quisiera que
supiera lo siguiente, la posibilidad de que se vayan estos amiguitos, y a pesar
de que dijeron que viene de Oaxaca un grupo, manda un grupo para que se vaya,
anoche que estuvimos no vimos algo, y a mí me saltó, 10 de junio...
Huerta: ¿10 de junio?
Gordillo: Sí, Tlatelolco...
Huerta: Ah, okey.
Gordillo: A fuerzas, no todos, pero un grupo, para que preveamos
todo lo que tengamos que hacer y no vayamos a caer en una confusión, ¿verdad? A
mí se me olvidó anoche comentarlo; si esto se da, nosotros tenemos planeado
movilizar el domingo, pero si competimos con esto y luego viene lo otro, la
acción que realicemos se viene abajo, no nos posiciona, se vuelve a caer con el
martes entonces, en lugar del domingo quizá lo debamos correr hasta el otro
domingo, y luego revisando la entrevista hoy con Brozo, que vale que lo
reflexionemos, pues también nos mete en otra dinámica.
Huerta: ¿A quién entrevistó? Es que no la vi.
Gordillo: A Andrés Manuel, que le fue muy bien, ¿eh?
Huerta: Ah, pues ahorita voy a preguntar, porque no la vi.
Gordillo: Entonces, quizá lo que más nos convenga a nosotros como
organización, en lugar de salir este domingo sea hasta después del martes, a lo
mejor miércoles, jueves, ¿no? Pero que ya no sea producto de provocación entre
maestros y maestros.
Huerta: Sí, le voy a comentar ahorita.
Gordillo: Por favor, y le dice.
Huerta: Sí, claro, si no se lo reporto.
Gordillo: Ándele.
Huerta: Hasta luego.
Elba Esther también maneja de manera patrimonial al ISSSTE. Es
otra institución que manipulan como si fuera de su propiedad.
He aquí una conversación de mediados de junio de 2003 entre la
cacique del SNTE y el director de prensa de ese instituto, Carlos Olmos
Tomasyni, que lo demuestra.
Gordillo: Bueno.
Olmos: ¿Cómo amaneció maestra?
Gordillo: Bien, Carlos, ¿usted qué tal?
Olmos: Bien, Maestra, bien su nota.
Gordillo: ¿La del cardenal Juan Sandoval?
Olmos: La de la iglesia, sí.
Gordillo: Qué bueno.
Olmos: Hasta en Milenio que son tan difíciles con usted entró.
Gordillo: ¿Qué más hay?
Olmos: Entró lo del SNTE ratificando la posición de que López
Obrador debe de presionar al Procurador Bernardo Bátiz para que se actúe contra
la CNTE.
Gordillo: Aquél (Manlio Fabio Beltrones) ya se aquietó, ¿verdad?
Olmos: A medias, pero ya ha bajado.
Gordillo: ¿Qué anda haciendo?
Olmos: Ha tratado de entrar a columnas, Adrián Trejo ayer me
reconoció que sí había hablado con Manlio. He cumplido sus indicaciones de
reunirme con distintos medios de comunicación y proveedores y por la multa del
IFE al partido he detectado algunos problemas financieros de Roberto Madrazo
para pagar...
Gordillo: ¡Qué horror! Ja, ja, ja...
Olmos: Así es, ja, ja, ja...
Gordillo: Oiga, Carlos Ramírez sigue loco, ¿verdad?
Olmos: Sí maestra.
Gordillo: Alguien me pidió que hablara con él, pero no quiero...
que se vaya al carajo...
Olmos: Yo creo que no es el momento.
Gordillo: No, no voy a hablar con él, ni hoy ni nunca...
Gordillo: ¿Qué más hay?
Olmos: Básicamente eso Maestra.
Gordillo: Bueno.
Olmos: ¿Sí pudo usted hablar ayer con Juan Bustillos?
Gordillo: No, porque anduve muy correteada, pero ahorita le voy a
hablar.
Olmos: ¿Y ayer habló con Don Pancho?, fue su cumpleaños.
Gordillo: ¿Con quién?
Olmos: Con don Pancho Cárdenas.
Gordillo: Yo... no estaba, le hablé dos veces, que llegaba hasta
las 12:00 horas y a esa hora yo ya estaba metida en mi trabajo, pero sí se le hizo
el intento de hablarle. Quedó constancia y creo que con eso basta.
Olmos: Muy bien, maestra.
Gordillo: Ándele, un beso.
Olmos: Otro para usted gracias.
Gordillo: Ciao.
Olmos: Hasta luego.
Jonguitud, “sangriento”; Gordillo, “cruel y refinada”
Pedro Palma murió en una marcha emboscada por gatilleros enviados
por caciques de Hidalgo y el ex líder potosino, denuncia Roberto Meza.
“Si no hubo más muertos fue porque no nos dejamos”.
El magisterio disidente de Hidalgo vivió en 1982 uno de los peores
episodios de represión en s historia. El maestro Pedro Palma fue asesinado y
seis docentes más resultaron heridos durante una marcha mayoritariamente
femenina, que fue “emboscada” por pistoleros de caciques estatales y del
entonces dirigente del gremio, Carlos Jonguitud Barrios.
A partir de entonces, afirma Roberto Meza, quien encabezó durante
tres años un comité ejecutivo alterno en la sección 15 de Hidalgo, eran comunes
los enfrentamientos con “pandilleros” enviados por Jonguitud, las casas de
representantes magisteriales baleadas y, cuando Elba Esther Gordillo fue
secretaria general del gremio, los ceses masivos de maestros.
Después del asesinato de Misael Núñez Acosta, originario de
Chapulhuacán, Hidalgo, los maestros simpatizantes de la disidente Coordinadora
Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en la entidad se
“radicalizaron”, inclusive bautizaron con el nombre de Misael el local sindical
que arrebataron a los institucionales tres años.
Con la llegada de Jonguitud, en 1972, se inició una “era
sangrienta” en el sindicato, pues recurrió a todas las formas de control para
mantener su poderío. “Fue un cacique sangriento desde siempre; tenía hampones y
matones que estaban dispuestos a matar al que se les ponía enfrente”.
Pistoleros contra Pedro Palma
A principios de los ochenta, los maestros de Hidalgo formaron su
Consejo Central de Lucha (CCL) –una de las estructuras de la CNTE– y
encabezaron incontables protestas con tres exigencias fundamentales: un
“escalafón limpio” –que los maestros ocuparan los puestos y no los
recomendados–, democracia sindical e incremento salarial.
La asamblea había tomado la decisión de ir al edificio que estaba
en la calle de Torres Cravioto, en la colonia Doctores. Eran más de 5 mil
compañeros, básicamente mujeres.
“Antes de llegar al lugar nos avisaron que gente de Ordaz Labra y
pistoleros de Jonguitud estaban esperándonos en los parques y en las azoteas.
Pero los maestros ya habían tomado su decisión y siguieron en marcha. Al llegar
al edificio nos recibieron a balazos. Hubo siete heridos, uno de ellos Pedro
Palma, que era maestro de educación indígena del valle del Mezquital.
“El maestro Palma se había escondido tras un montón de arena, pero
la bala le atravesó el cuello. De inmediato lo trasladamos a México y estuvo
agonizando un mes, hasta que falleció (20 de marzo de 1982). Está enterrado en
su pueblo, San Juanico, en el municipio de Ixmiquilpan, Hidalgo”.
“Después de la refriega nos regresamos al gobierno del estado,
fuimos a dejar a los lastimados al ISSSTE y ahí supimos que había judiciales
heridos y que eran de San Luis Potosí, del estado de Jonguitud”, rememora el
docente.
“En ese tiempo fuimos víctimas de muchas agresiones. Mi casa fue
balaceada por los charros en 1983, y eran habituales las quejas de maestros
golpeados por enviados de Miguel Ángel Islas Chío, que era secretario general
de la sección y ahora es secretario de Educación de Tlaxcala.
“Los golpeadores de Islas Chío nos retenían maestros y nosotros
también lo hacíamos con los suyos. A veces nos llegaban charros de otros
estados. Los teníamos que retener para que nos devolvieran maestros que habían
secuestrado. De todas las agresiones levantábamos averiguaciones previas, pero
ni nos daban copia. Había complicidad del gobierno del estado”, encabezado
entonces por Guillermo Rosell de la Lama.
“Las maestras rurales también eran seguidas por pistoleros cuando
iban a sus comunidades, y tenían que defenderse como podían; había algunas que
hasta cargaban una pistola en su bolso. Fue una época marcada por la sangre y
la persecución”.
Para dar cuenta de la fuerza que tenían los grupos disidentes,
refiere que los institucionales decían que en la sección había 33 mil maestros,
aunque 5 mil eran aviadores. “De ellos nosotros éramos 12 mil 300 y lo digo con
seguridad, porque hicimos un congreso que fue certificado por notario”.
Los ceses masivos con Elba
Con la caída de Jonguitud y el nombramiento de Elba Esther
Gordillo como secretaria general del SNTE cambiaron las tácticas de represión,
según comenta el profesor. “Fue más cruel y refinada, porque cesaba a los
maestros y los dejaba sin comer”.
La represión, comenta, se volvió administrativa, y empezaron los
despidos masivos. “Pero nosotros nos movilizábamos y reinstalábamos a los
compañeros por la vía de acuerdos con el gobierno estatal y con el Instituto
Hidalguense de Educación.
“Sin embargo hubo cesados por miles. Creo que nosotros no tuvimos
desaparecidos ni muertos como en Oaxaca y Chiapas, porque no nos dejamos. Los
institucionales sabían que si nos buscaban nos íbamos a defender”.
A consecuencia de esta táctica de despidos masivos, el movimiento
se fue desgastando. “Cesaban a compañeros de una delegación completa. A los
maestros de la secundaria federal número 2 de Pachuca, un año les suspendieron
el salario y los padres de familia los siguieron manteniendo, porque había
apoyo popular”.
Fue una larga lucha de resistencia en la que los disidentes en
ocasiones respondieron con la misma moneda a los institucionales. “Fue cuando
empezaron las expulsiones mutuas. Si había maestros democráticos en una zona
los corrían de su trabajo y si había maestros charros nosotros también los expulsábamos,
pero no podíamos hacer mucho, porque ellos tenían la fuerza”.
En esa época, cuando Gordillo era lideresa del SNTE, el secretario
general de la sección 15 de Hidalgo era Roberto Cerón Sánchez, quien —según
Meza— aplicó una supuesta estrategia de diálogo con los disidentes, pero que
terminó fracasando porque fue una “farsa”.
Como parte de las promesas de Cerón se agregaron cinco carteras al
comité ejecutivo seccional y se asignaron a los disidentes, que las aceptaron.
Según Meza no les quedó otra alternativa que sumarse, porque la violencia era
muy fuerte en las escuelas y en las comunidades. “Poníamos en riesgo nuestro
trabajo y nuestra vida.
“Pero esa estrategia no duró ni dos meses, porque no nos dejaron
trabajar. Eran puestos simbólicos, y tuvimos que renunciar y seguir recurriendo
a los mítines y marchas para que nos atendieran”.
A consecuencia de ese experimento, de las divisiones internas y de
la continua represión al movimiento disidente de la sección 15 de Hidalgo,
siguieron el declive y la desaparición del comité ejecutivo alterno, pero para
la historia del SNTE esa época quedó inscrita como de represión.
Denunció la CNTE en agosto de 2002 ante la fiscalía especial a
Gordillo y Jonguitud
Son los autores intelectuales del homicidio contra Misael Núñez
Acosta, sostiene. Los nombres de Elba Esther Gordillo Morales, Carlos Jonguitud
Barrios, Ramón Martínez Martín y Leonardo González Valera quedaron formalmente
asentados como probables responsables del asesinato del profesor Misael Núñez Acosta,
en la averiguación que se inició en 2002 en la Fiscalía Especial para
Movimientos Sociales y Políticos del Pasado. La Coordinadora Nacional de
Trabajadores de la Educación (CNTE) los acusó de ser los autores intelectuales
del homicidio, así como de asociación delictuosa, enriquecimiento ilícito y
encubrimiento.
En la denuncia presentada una de las piezas clave sería una
averiguación previa que se integró en marzo de 1982, en Tlalnepantla, Estado de
México, en donde uno de los asesinos materiales —en total fueron tres: Rufino
Vences Peña, Joel Vences Hernández y Jorge Mejía Pizaña— señala “como
directamente implicada en el asesinato de Misael a Elba Esther Gordillo
Morales”.
Los profesores consideraron que la averiguación contra Jonguitud y
Gordillo —a ésta la acusaron de haberse enriquecido en forma ilícita a partir
de las cuotas de los mentores— puede ser el inicio de la caída de Elba Esther
en el sindicato, pone “en entredicho” no sólo todos los acuerdos que la señora
Gordillo ha pactado con el presidente Vicente Fox sino los que en un futuro
pretende pactar con el Ejecutivo federal, como la reforma energética, por
ejemplo, y además evidencia “la verdadera personalidad de la amiga del
Presidente”.
Pedro Ramírez Vázquez destacó que la denuncia que presentaron
tiene como propósito también sentar un precedente para que nunca más un
trabajador, un maestro o un luchador sindical sea reprimido por la vía
administrativa, política o física, además de cuestionar la autoridad moral de
Elba Esther Gordillo para firmar pactos educativos con Fox y, sobre todo, no
permitir que queden en la impunidad los delitos que se cometen en el país.
Aceptó el fiscal especial Ignacio Carrillo
Prieto tomar el caso del asesinato de Misael Núñez
Pidió la CNTE el 12 de septiembre de 2002 aclarar la
responsabilidad de Elba Esther Gordillo y Carlos Jonguitud.
Investigar todos los homicidios y desapariciones de integrantes
del gremio, demandaron. Un centenar de denuncias contra la secretaria general
del PRI, Elba Esther Gordillo, y Carlos Jonguitud Barrios presentarían los
maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) a
la Fiscalía Especial para Movimientos Políticos y Sociales del Pasado, luego de
que este organismo aceptó tener competencia para investigar los casos de
represión contra el magisterio.
Después de reunirse con el fiscal Ignacio Carrillo Prieto, una
comisión de maestros de la CNTE informó lo anterior y señaló que los casos se
integrarán en la averiguación previa 026-2002, que se abrió el pasado 27 de
agosto por la ejecución del maestro hidalguense Misael Núñez Acosta, perpetrada
en el Estado de México en 1981.
En un mitin afuera de la fiscalía, la comisión de profesores que
se entrevistó por primera vez con Carrillo Prieto anunció que acordaron un
calendario para la presentación de las denuncias, y exigieron que Carlos
Jonguitud, quien fuera líder del sindicato durante 17 años, sea el primero en
declarar, ya que públicamente ha señalado a Gordillo como responsable de la
muerte de Núñez Acosta.
Los maestros de la sección 36 del Valle de México fueron citados
en la fiscalía el 20 de septiembre para la ratificación de su denuncia. En
tanto, los profesores de Oaxaca se presentarían el 23; los de la sección 18, de
Michoacán, harán lo mismo el 26, y los de Guerrero, el 29 de septiembre, fechas
todas de 2002.
Más de 100 militantes de la CNTE hicieron un mitin en el exterior
de la fiscalía, en la esquina de Paseo de la Reforma y la calle Juárez. En ese
lugar colocaron una docena de pinturas con caricaturas alusivas a Gordillo y el
presidente Vicente Fox y una gran manta pidiendo el castigo a los autores
materiales del asesinato de Núñez Acosta y de otros integrantes del magisterio
disidente.
La comisión estuvo integrada por Pedro Ramírez Vázquez, de la
sección 36 del Valle de México; Víctor Echeverría, dirigente del magisterio
disidente de la sección 18 de Guerrero; Claudio Flores, de la sección 22 de
Oaxaca; Horacio Aguilar. de San Luis Potosí, y José González Figueroa y Teodoro
Palomino, quienes fueron compañeros de Núñez Acosta y formaron parte del grupo
que presentó la denuncia.
Tras hora y media de espera, salió la comisión magisterial y en
voz de Pedro Ramírez anunció que tuvieron una “rápida entrevista” con el fiscal
Carrillo Prieto, quien aceptó que tiene la competencia para investigar los
casos de represión contra el magisterio.
“El fiscal ha destacado que es su deber atendernos, pero también
que tiene voluntad para llevar a cabo la averiguación”, dijo.
Ramírez aclaró que con esta audiencia en la fiscalía, la CNTE
retomó la denuncia presentada por la sección 36 del Valle de México el pasado
27 de agosto para conseguir que no sólo se investigue el asesinato de Núñez
Acosta, sino de todos los trabajadores de la educación de la disidencia que han
sido víctimas de persecución.
“Misael no es el único caso, suman más de 100 los asesinatos, las
desapariciones o las muertes de compañeros en situaciones nunca aclaradas y que
estamos demandando que esta fiscalía investigue”, advirtió.
Promueven juicio político contra Gordillo
En la manifestación, el oaxaqueño Claudio Flores advirtió que la
CNTE seguirá la vía jurídica para exigir el castigo a Jonguitud y a Gordillo, y
otra acción de carácter político para llamar a los maestros a expresar su
repudio al cacicazgo que Gordillo Morales ha ejercido en el SNTE en los últimos
13 años.
Durante la manifestación se repartió un boletín de la Secretaría
de Derechos Humanos y Pueblos Indios del PRD, en el que este partido manifestó
su respaldo a la CNTE y a la denuncia por el esclarecimiento de la muerte de
Núñez Acosta.
Advirtió que es momento de que la fiscalía llame a declarar a los
cabecillas de Vanguardia Revolucionaria, para que sean aclarados los cientos de
crímenes y desapariciones de profesores de la Coordinadora.
Presenta la CNTE nuevos testimonios contra Gordillo y Jonguitud
Barrios
Demostrarían la autoría intelectual en los crímenes de por lo
menos 156 maestros. Esperamos que la amistad del Presidente no impida que se
haga justicia, dice líder de Guerrero.
La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) a
finales de octubre de 2002 presentó a la Fiscalía Especial para Movimientos
Políticos y Sociales del Pasado nuevos testimonios en contra de los ex líderes
sindicales Elba Esther Gordillo Morales y Carlos Jonguitud Barrios, para
“demostrar su autoría intelectual” en los crímenes de por lo menos 156
maestros, ocurridos a partir de los ochenta, informó el profesor Sócrates Pérez
Rizo, perteneciente a la sección 36 del Valle de México.
En concordancia, el secretario general de la sección 14 de
Guerrero, Víctor Echeverría Valenzuela, manifestó que estas acusaciones derivan
de la presentada por la muerte de Misael Núñez Acosta, ocurrida en 1981. Este
crimen, sostuvo, se convirtió en el “parteaguas de las denuncias. Esperamos que
la amistad del presidente Vicente Fox con Elba Esther Gordillo no impida que se
haga justicia”.
Se trata, sostuvo el profesor Roberto Reyes, de la sección 18 de
Michoacán, de ratificar nuestras denuncias de que “la guerra sucia no es cosa
del pasado, porque en el presente sigue habiendo amenazas y por eso
demandaremos, además, la destitución del Comité Ejecutivo del Sindicato
Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE)”.
Afuera del edificio de avenida Juárez número 100, los maestros
presentaron a la prensa avances sobre el procedimiento judicial, en el cual
incluyeron, además, según testimonial de Germán Aguilar Olvera, documentos que
acreditarían el “enriquecimiento ilícito” de la hoy secretaria general del
Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el desvío de recursos del
Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación hacia la campaña presidencial
de Francisco Labastida Ochoa y ocho candidatos priístas a diputados.
Sostuvieron que los asesinatos tienen que ver con la lucha por la
democracia sindical. “No son asesinatos comunes —precisó Echevarría—. Tienen
que ver con la línea de control que ejerce Elba Esther”, y así queda de
manifiesto en el expediente 026/2002. Pedimos, subrayó, que no haya impunidad
y, por tanto, los acusados comparezcan ante la justicia.
— ¿Tienen confianza en ello? —se le preguntó.
Por eso estamos aquí. Nosotros estamos haciendo lo propio,
presentando pruebas y testimonios. Esperamos que la PGR demuestre, en la vía de
los hechos, que la justicia es efectiva y que, independientemente de que Elba
Esther sea amiga del presidente Fox y sea secretaria general del PRI, no haya
impunidad.
Nos presentamos ante el Poder Judicial porque no queremos, añadió,
que “se cometan más atrocidades”. Tanto Sócrates Pérez como Echevarría
precisaron que Gordillo y Jonguitud ordenaron los asesinatos de los profesores.
Refuerzan esta acusación en un documento dirigido al titular de la
PGR, Rafael Macedo de la Concha, y al fiscal Ignacio Carrillo Prieto:
“Para cimentar su dominio sobre los sindicatos, el charrismo se
vale de la violencia. Todo aquél que se asume y actúa como disidente se coloca
automáticamente en la mira de la represión. Con la complicidad del Estado, los
charros conforman grupos de pistoleros para amedrentar y, llegado el caso,
eliminar a los opositores políticos.
“Los crímenes cometidos desde la dirección del SNTE son
atribuibles también a los gobernantes en turno, porque se cometen para mantener
la estructura de poder. Tienen motivaciones esencialmente políticas. No podría
ser de otro modo, pues sería imposible que Jonguitud Barrios y Elba Esther
contaran con cuerpos armados si el Estado cumpliera con el deber de disolver y
castigar a todo grupo irregular”.
Los maestros de Guerrero ampliaron ante el Ministerio Público las
declaraciones sobre asesinatos ocurridos en el estado, además de informar sobre
la desaparición de Gregorio Alfonso Alvarado López —el 26 de septiembre de
1996— y de dos atentados contra profesores.
Citaron los casos de Joaquín Sánchez Pineda, Ramón Herrera Vargas,
Claudio Ortega Gatica, Fidencio Hernández Vivar, Gregorio Alfonso Alvarado
López, Heriberto Moreno Román, Salvador Marciel Sierra, Valentino Guadalupe
López Carrasco, Nicasia Hernández Petatán, Félix Moreno Peralta, Bernardino
Ramírez Rodríguez, Santiago de Dios Ramírez, Almaquio Marcos González, Santiago
Marcial Sierra y Octavio Candía Librado. Algunos fueron asesinados, otros
amedrentados y unos más golpeados.
Infructuosamente, los docentes que se presentaron en la fiscalía
esperaron que se les diera a conocer las fechas en las cuales los principales
inculpados serán llamados a declarar.
Si lo creo pertinente contestaré el interrogatorio, dijo Gordillo
el 27 de noviembre de 2002
Durante más de tres horas escuchó acusaciones de asesinatos y
desapariciones de maestros.
Se quejó de la presencia de miembros de la CNTE, del sentido de
las preguntas y hasta del frío. Su mirada era directa y amenazante, aunque
sonreía, narran asistentes a la comparecencia.
Elba Esther Gordillo Morales, secretaria general del Partido
Revolucionario Institucional (PRI) y lideresa virtual del Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Educación (SNTE), compareció por más de tres horas ante el
Ministerio Público Federal y anunció que si lo considera “pertinente”
contestará el interrogatorio que se le formuló en torno a su presunta participación
intelectual en los homicidios y desapariciones de profesores disidentes
ocurridos en las décadas de los 80 y 90.
La profesora fue notificada de que la Fiscalía Especial para
Movimientos Sociales y Políticos del Pasado la investiga junto con los ex líderes
del SNTE Carlos Jonguitud Barrios y Ramón Martínez Martín, así como del ex
dirigente de la sección 36 de ese gremio, Leonardo González Valera.
De acuerdo con versiones de lo ocurrido en el Auditorio México de
la Procuraduría General de la República (PGR), en Paseo de la Reforma 75,
Gordillo Morales llegó a las 11:50 horas, y la diligencia se inició cinco
minutos después.
Ella, quien vestía saco, falda y capa rosa, quedó frente a sus
acusadores y de cara a Carlota Acosta Hernández y Juan Carlos Núñez Acosta,
madre y hermano de Misael Núñez, profesor asesinado el 30 de enero de 1981, y
de Germán Aguilar Olvera, José González Figueroa, Roberto Reyes, Claudio Flores
y Pedro Ramírez Vázquez, integrantes de la Coordinadora Nacional de
Trabajadores de la Educación (CNTE).
Defensa experimentada
Al lado de Gordillo estaban Juan Carlos Sánchez Pontón, agente del
Ministerio Público encargado de las investigaciones, el fiscal Ignacio Carrillo
Prieto y el abogado Marcos Castillejos, quien ha participado en la defensa de
Mario Rodríguez Bezares y Paola Durante Ochoa, en el caso Stanley; fue abogado
de Pablo Chapa Bezanilla en las pesquisas de la finca El Encanto, y colaboró en
la administración de Osear Espinosa Villarreal en el Departamento del Distrito
Federal, como director de Reclusorios.
A la diligencia, cuentan, Gordillo llegó sonriente, aunque
después, cuando comenzaron a preguntarle si sabía de las muertes de varios
mentores en Guerrero y Oaxaca, y los trámites que hizo como dirigente
magisterial, se molestó. Incluso llegó a mencionar que se retiraría.
Para empezar, se le leyeron sus garantías y su potestad de
responder o no a las preguntas del Ministerio Público. Luego se dio lectura a
las denuncias que contra ella formularon Teodoro Palomino, Juan José Altamirano
y Ramón Couoh, así como a la ampliación de acusaciones que presentaron Germán
Aguilar, Joel Echeverría, Juan Manuel Hernández, Daniel Ávila y Roberto Reyes.
En las investigaciones —se informó a la secretaria general del PRI
y a su abogado— Gordillo Morales tiene el carácter de indiciada como autora
intelectual del asesinato de Misael Núñez Acosta y por la realización de otros
actos represivos.
Inconformidad
Durante la lectura de las denuncias, el abogado Castillejos
expresó su inconformidad y preguntó, lo mismo que Elba Esther Gordillo, sobre
quiénes eran los que estaban presentes en la diligencia; cuestionó si eso era
legal, y una vez que le aclararon que eran los denunciantes, según explicaron,
ella pidió al fiscal Ignacio Carrillo Prieto que la disculpara. “Es la primera
vez que estoy en una situación de éstas”, dijo.
Gordillo a veces sonreía, mencionaron testigos, pero siempre
mantuvo la mirada fija en los asistentes y mientras se hacía la lectura alzó la
voz para pedir que apagaran un teléfono celular que comenzó a timbrar.
¿Pruebas?
Al pasar al interrogatorio, Castillejos —a quien calificaron de
“acelerado” los asistentes entrevistados— exigió que se le hicieran saber las
imputaciones, que se le mostraran las pruebas. El Ministerio Público,
encabezado por Carrillo Prieto, le volvió a leer las denuncias y le dijo que
apenas se estaba iniciando la investigación.
Entonces la maestra entregó dos escritos: uno en el que hacía del
conocimiento de la autoridad la designación de su defensor, y en el otro, según
las fuentes consultadas, un deslinde de Carlos Jonguitud y la petición al
Ministerio Público Federal para que el potosino ratifique y reconozca como
propias las declaraciones vertidas a este diario en agosto pasado, en las
cuales la inculpa del homicidio de Misael Núñez.
Luego mostró su molestia porque integrantes de la CNTE, sus
denunciantes, estuvieran presentes en la diligencia. Entonces, el fiscal
Carrillo Prieto la reconvino. “Su mirada era fría, aguda, directa, amenazante,
aunque sonreía”, dijo uno de los presentes.
Interrogatorio
¿Conoce a la CNTE? ¿Conoce usted al Consejo Central de Lucha? Si
los conoce, ¿cuándo se formaron y cuáles eran los objetivos de estas
organizaciones? ¿Qué cargo ocupaba en 1980-81 en el SNTE? ¿Qué cargo tenía el
30 de enero de 1981 (día del asesinato de Núñez Acosta)? ¿Conoció usted de las
demandas salariales? ¿Cómo eran las designaciones para cargos sindicales? ¿Tuvo
usted conocimiento del homicidio de Misael Núñez Acosta? ¿Por qué conducto lo
conoció? ¿Sabe usted qué personas cometieron el homicidio?
Así se fueron sucediendo una a una las 53 preguntas del Ministerio
Público. Los asistentes entrevistados al respecto relatan que no cambiaba su
expresión y se mostraba “serena”, incluso cuando le preguntaron si sabía que
los detenidos por el homicidio de Misael Núñez Acosta amenazaron con dar a
conocer información del sindicato si no salían en libertad.
Vinieron las preguntas en torno a lo declarado por Jonguitud a La
Jornada el 24 de agosto de este año: ¿Está enterada de la imputación que le
hace Carlos Jonguitud? ¿A qué se refiere Carlos Jonguitud respecto de los
grupos de control que tiene el sindicato? ¿Cómo se da la acusación de que usted
conseguía dobles turnos para quien la apoyaba? ¿En qué trató de incorporar a
Misael al sindicato? Luego: ¿Sabe por qué miembros de la CNTE le atribuyen a
dirigentes del SNTE desapariciones y crímenes en varios estados?
Me voy...
Cuando se le mencionó la muerte de varios profesores en Guerrero y
Oaxaca, la defensa dijo que se estaban mezclando los temas y que no había
coherencia en el interrogatorio, por lo que el Ministerio Público volvió a dar
lectura a esas denuncias y se tuvieron que conformar con escuchar las
imputaciones.
Fue cuando Gordillo Morales se quejó de que la fiscalía no estaba
respetando sus derechos, y ante la supuesta impertinencia del Ministerio
Público por interrogarla de esa forma anunció que se iba a retirar en ese
momento. Se movió de la silla como si fuera a levantarse y finalmente se quedó.
Los funcionarios de la fiscalía especial le indicaron que debía
continuar la diligencia y entonces comenzaron a preguntarle sobre la represión
a maestros durante los años de la llamada guerra sucia contra el magisterio
disidente, sobre todo en Guerrero.
Fue interrogada sobre los ceses de los docentes Claudio Ortega y
Ramón Herrera Vargas; el desalojo de maestros en Tlapa, Guerrero, ocurrido el 7
de noviembre de 1979; la muerte de Joaquín Sánchez, y el cese y secuestro de
Claudio Gatica.
También fue inquirida sobre los asesinatos de los profesores
guerrerenses Fidencio Bernardino Gómez, Santiago de Dios Ramírez, Almaquio
González, Santiago Macías Sierra, Cenobio Fito López, Concepción Ríos, Honorio
Sabino García, y las desapariciones de los maestros Gregorio Alfonso Alvarado y
Modesto Patolzin.
Al final del interrogatorio la secretaria general del PRI tomó su
capa, se la acomodó y dijo: “Aquí hace frío”. Entonces dijo no haber cometido
ningún delito y expresó que sólo si lo considera pertinente contestará a las
preguntas formuladas. Finalmente, a las 15:35 horas, Gordillo Morales salió por
la puerta trasera de la procuraduría a bordo de una camioneta, mientras que sus
denunciantes lo hicieron por la puerta principal de Paseo de la Reforma.
Se queja de la filtración de la fecha de su comparecencia. Se me
acusa sin sustento, afirma Gordillo Morales
Los señalamientos, ardid mediático de la CNTE, señala. De
inmediato, puntual esta vez, al salir de su comparecencia ante la Fiscalía
Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado, Elba Esther Gordillo
convocó a la prensa para insistir, alegar, esgrimir, que se le acusa sin
sustento; para quejarse de que hubo “filtración” de la fecha en la que tendría
que comparecer, pero también para asegurar que ha sido víctima de misoginia y
terminar afirmando que ella fue y es una “disidente”.
Era su estrategia de contraataque. Acompañada por el abogado
Marcos Castillejos, su defensor, en el salón de un hotel de Paseo de la
Reforma, la dirigente virtual del Sindicato Nacional de Trabajadores de la
Educación (SNTE) leyó dos cuartillas y argumentó —en la sesión de preguntas— no
sólo su deslinde del asesinato del profesor Misael Núñez Acosta (acaecido el 30
de enero de 1981), sino aprovechó para asegurar: “Soy la más interesada en que
este asunto quede definitivamente resuelto”.
“Fui presionada física y moralmente”
Y estuvo ahí para difundir su versión, la forma en que se sintió
“presionada” y expuesta “física y moralmente”, porque al difundirse la fecha en
que tendría que presentarse ante la fiscalía (lo que por cierto ha ocurrido
siempre con todas las citas expedidas por esa instancia) se provocó la
“alteración social” y que los grupos que la señalan estuvieran ahí “presionando
para tal o cual decisión, manifestándose, gritando... imagínense el
espectáculo”.
Para hacer patente ese malestar, insistir en lo infundado de las
acusaciones en su contra, en las que se le considera autora intelectual del
asesinato no sólo de Núñez Acosta, sino de otros crímenes y desapariciones de
profesores disidentes, la maestra Gordillo Morales dispuso de todo el aparato de
prensa del Partido Revolucionario Institucional (PRI), del que es secretaria
general. Y su insistencia: “Soy inocente... nada tiene sustento”.
Respaldaba sus asertos con la intervención de su abogado y
repartiendo un grueso legajo de fotocopias del periódico unomásuno, de entre
noviembre de 1980 y febrero de 1981, que no incluyen los trabajos que ese mismo
diario publicó en julio del último año mencionado, en los cuales se reseña el
expediente de la causa contra los asesinos de Núñez Acosta, donde los autores
materiales aceptan que fueron contratados por dirigentes del SNTE.
Tampoco aparece en ese material el artículo que en ese mismo
diario publicó Héctor Aguilar Camín, donde se pone en evidencia el liderazgo y
ascendiente que mantenía desde entonces Elba Esther Gordillo en la sección 36
del SNTE (Valle de México) y se asegura que el asesinato de Núñez Acosta es “un
crimen político”.
En cambio, la dirigente insistió en que los señalamientos que se
le hacen corresponden únicamente a un “ardid mediático” de la Coordinadora
Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE); sobre el particular, su
abogado señaló que las denuncias que miembros de esa organización formularon
ante la Fiscalía para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado en algunos
casos no se han ratificado: “No hay medios probatorios y sólo tratan de
cuestiones subjetivas”.
A la pregunta de cómo encara el hecho de que la denuncia original
de su involucramiento en el asesinato de Núñez provino de su ex mentor y ex
compañero de corriente política, Carlos Jonguitud, Gordillo argumentó que el
líder de Vanguardia Revolucionaria “aclaró” lo que dijo, “y del maestro, no
tengo nada más que hablar, siempre he sido muy respetuosa de su persona y ruego
no me pregunten del asunto. Soy doblemente inocente”.
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